Sandra Isabel Jiménez Mateos *
La Agencia Espacial Europea (ESA) anunció el 10 de mayo de 2012 que daba por perdido el Envisat, el satélite de observación de la Tierra mayor y más sofisticado lanzado al espacio por el sector aeroespacial europeo hasta entonces, y que daba por concluida su misión tras más de una década en funcionamiento.
Los expertos de la ESA perdieron contacto con el Envisat el 8 de abril de ese año y todavía pasaron más de un mes, enviándole señales desde una amplia red de estaciones en tierra, intentado recuperar el control del satélite y aclarar qué pudo provocar el fallo.
La última imagen que Envisat envío fue de Islas Canarias, España, el pasado 8 de abril de 2012 a las 11h09 (hora GMT).
El Envisat un dispositivo de 8,2 toneladas de peso y 25 metros de largo por 10 de ancho, fue lanzado el 1 de marzo de 2002 en un cohete Ariane 5 desde el Centro Espacial Europeo de Kurú (Guayana francesa) y colocado a una altura de 790 kilómetros (± 10 km), en uan órbita que duraba 101 minutos, a una velocidad superior a 7 kilómetros por segundo, por lo cual su servicio duró ligeramente poco más de 10 años, es decir, el doble de lo inicialmente provisto.
Desde su lanzamiento en 2002, Envisat proporcionó datos que se utilizaron en unas 2.500 publicaciones científicas, según los cálculos de la ESA.
Su misión era recopilar datos para poder controlar el calentamiento global, el grado de contaminación atmosférica y los riesgos de desastres naturales, para poder mitigar sus efectos.
En su interior transportaba diez sofisticados instrumentos ópticos y de radar que aportaban preciada información sobre el funcionamiento de la Tierra. La tarea principal de Envisat consistía en medir el color del mar y de las zonas costeras, lo que permitía determinar el estado de los sedimentos marinos o estudiar la concentración de clorofila, y en el análisis del cambio climático, su tecnología intentó arrojar luz sobre el ciclo del dióxido de carbono, crucial en el proceso de calentamiento global.
Envisat, que completó en septiembre de 2010 su giro número 50.000 alrededor de la Tierra y en su década de vida útil ha acumulado más de 2.250.000 kilómetros recorridos desde su lanzamiento, fue uno de los primeros satélites de la ESA.
Las firmas Casa Espacio, Crisa y Sener, entre otras, diseñaron parte de los componentes de un dispositivo cuya construcción y desarrollo corrió a cargo de Astrium, principal artífice de la joya de un programa científico de 3.200 millones de euros (2.752 millones de dólares entonces) en el que participaron 14 países europeos.
Antes de que los científicos perdieran el control del satélite, estaba previsto sustituirlo en el 2013 con la puesta en marcha de la misión Sentinel.
- Investigadora académica del IIESES de la Universidad Veracruzana