Después de casi un siglo de silencio, y de cuatro laberínticos años de trabajo, el pasado fin de semana volvió a sonar el órgano tubular de San Juan Tepemasalco en dos conciertos en la capilla de dicha comunidad del municipio de Zempoala, en Hidalgo, luego de haber culminado su proceso integral de restauración e investigación, a cargo de un grupo interdisciplinario de especialistas encabezado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta).

            Con más de 150 años de antigüedad, esta joya de la ingeniería musical novohispana representa el instrumento más pequeño en su tipo de esa entidad, y se encontraba en desuso por su mal estado de conservación; fue a iniciativa de los pobladores que se envió a la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) del INAH, donde fue sometido durante cuatro años a un proceso integral de restauración por un equipo de expertos nacionales e internacionales.

            Durante la entrega del instrumento a la comunidad, este fin de semana, Liliana Giorguli, directora de la ENCRyM, destacó la coincidencia de voluntades para la conservación del patrimonio cultural del país, donde concurrieron varias instituciones públicas y privadas, entre ellas el INAH, el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo (Cecultah), el Fondo de Apoyo a Comunidades para la Restauración de Monumentos y Bienes Muebles Artísticos de Propiedad Federal (Foremoba) y la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México (Sodetam).

            Jimena Palacios Uribe, coordinadora del seminario-taller de Restauración de Instrumentos Musicales de la ENCRyM, explicó que el trabajo de restauración se hizo en dos etapas. Primero se formuló un proyecto académico y de investigación, como un “caso de estudio”, que comenzó en 2008, pues se trata del órgano más pequeño de Hidalgo, con 90 cm de ancho por 1.50 cm de altura. Cabe citar que en 2005 se elaboró un primer dictamen sobre su estado de conservación, en coincidencia con el remozamiento que se hizo de la capilla, mientras que su restauración física se desarrolló entre 2011 y 2012.

            En la capilla de San Juan Bautista, el pequeño instrumento se ubicó en el coro, sostenido por tres vigas, a manera de mesa; a un lado se encuentran los dos fuelles para suministrar el aire que produce el sonido.

            De acuerdo con la investigación histórica que se hizo del instrumento, se sabe que el pequeño órgano o “realejo” llegó a la comunidad en 1869, por la aportación de un hacendado local llamado Cleofas Souza.

            Durante el concierto inaugural, el maestro José Suárez, concertista con más de 38 años de experiencia en la cátedra de órgano, acompañado por la soprano Nadia Ortega, la violinista Djamilia Rovinskaia, y el vilonchelista Rafael Sánchez, interpretó obras de  Bach, Monteverdi, Frescobaldi, Cabanilles e Ignacio Jerusalem, que permitieron apreciar las distintas posibilidades del órgano como instrumento solista, como si fueran dos instrumentos o “tiento partido” y como acompañamiento o “bajo continuo”, entre otras.

            Muy emotivo fue el concierto del domingo a mediodía, en el que participaron el organista estadounidense  Edward Charles Pepe, la soprano Daniel Pascual Cáceres y el tenor Eliseo Barjau de la Rosa. El maestro Pepe, que vive en Oaxaca desde hace diez años, señaló que a pesar de ser pequeño “es un órgano muy bonito que exige mucha destreza técnica”. Se pudieron escuchar a través de las 112 flautas y 45 notas del órgano obras de los siglos XVI al XX, de Diego de Concepción, Antonio de Cabezón, J.S. Bach y su maestro Dietrich Buxtehude, para cerrar con la Canción mixteca.

Caso de estudio

 

La coordinadora del proyecto de restauración del órgano de San Juan Tepemasalco, Jimena Palacios Uribe comentó que “más allá de tratar de rescatar la sonoridad del instrumento, lo que se hizo fue un proceso muy cuidadoso de investigación, para tratar de recuperar la mayor parte de información de un objeto histórico más que de un instrumento musical.

            “Para sustentar la intervención integral, se conformó un expediente sobre su historia, componentes, técnicas de construcción, análisis y comportamiento de los materiales, además del registro gráfico”, abundó.

            La restauradora mencionó que se optó “por ver el instrumento como principal fuente de información, pues al atender sus elementos constitutivos, que son de maderas talladas, metal, hueso (en el caso de las teclas), pigmentos, piel y papel (los fuelles), se llegó a la conclusión que el órgano de Tepemasalco podría tener algunas partes de otros órganos del siglo XVIII”.

            Palacios Uribe dijo que el estilo barroco del instrumento de la Capilla de San Juan Tepemasalco  remite a las tradiciones de construcción de órganos poblanos durante los siglos XVIII y XIX; se sabe que, al igual que los órganos de grandes dimensiones, el realejo o pequeño también se usaba en las distintas ceremonias litúrgicas, durante la época colonial y el siglo XIX.

            Además de los alumnos de la ENCRYM, el equipo multidisciplinario que participó en la restauración del pequeño órgano, estuvo integrado por el maestro organero Joachim Wesslowski, quien ha trabajado en la recuperación de órganos monumentales en México; Edward Charles Pepe, músico e investigador especialista en este tipo de instrumentos y miembro fundador del Instituto de Órganos Históricos de Oaxaca.

            También participó Laurence Libin, curador emérito de la colección de instrumentos musicales del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y actual director de la Organ Historical Society; y Christoph Metzler, organero radicado en Suiza que ha restaurado órganos antiguos alrededor del mundo. Los análisis de laboratorio y de materiales del instrumento estuvieron a cargo de los especialistas en ingeniería física, química y acústica de la Universidad Nacional Autónoma de México, los doctores José Luis Ruvalcaba, Felipe Orduña y Gustavo Mauleón.

            La restauradora Jimena Palacios comentó que antes de hacer los análisis de laboratorio del instrumento, se hizo una investigación histórica para buscar documentos que tuvieran información del órgano, en archivos de la propia comunidad, municipales y estatal, incluso se entrevistó a personas de avanzada edad para saber si recordaban haber oído el sonido del órgano.

            Finalmente, José Vergara Vergara, director del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, dijo que gracias a esta restauración a futuro se podrían organizar una serie de conciertos con músicos de la entidad, siempre de común acuerdo con la comunidad de Tepemasalco.

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