Santa Cruz de Tenerife (EFE).- La astrofísica es una ciencia que investiga cuestiones fundamentales como el origen del Universo y la existencia de otros planetas como la Tierra, pero los desarrollos tecnológicos que se llevan a cabo para ello también provocan mejoras sociales y crean empleo de calidad.
Marcos Reyes, jefe del Departamento de Proyectos, Área de Instrumentación del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), reconoció que da la impresión de que la astrofísica no tiene impacto directo en la vida de los ciudadanos pero, explicó, al igual que en otras ramas de la ciencia, los desarrollos tecnológicos que se producen en las investigaciones provocan mejoras palpables para la sociedad cuando se aplican en otros campos.
Así, dijo Marcos Reyes, todos conocemos los CCD; esos dispositivos electrónicos formados por muchos elementos que se denominan píxeles, que tienen la capacidad de captar la luz y convertirla en una señal eléctrica que es transformada en imágenes digitales.
Esas imágenes se almacenan en diversos formatos y hasta el teléfono móvil más sencillo lleva incorporada al menos una cámara CCD con varios millones de píxeles, manifestó Marcos Reyes, quien aclaró que el primer CCD data de 1969 y sus dos inventores recibieron en 2009 el Premio Nobel de Física.
Gracias al desarrollo del formato digital, en la década de los 90 del siglo pasado apareció la primera cámara de fotografía comercial que no utilizaba carretes sino un CCD como elemento sensible: la cámara digital.
Ahora, explicó Marcos Reyes, no concebimos un teléfono móvil, un tablet, una cámara de fotos o de vídeo, o un ordenador que no lleve incorporado un CCD u otro detector similar, y manipulamos a diario las imágenes que nos proporcionan en documentos de trabajo, en las redes sociales, distribuyéndolas por e-mails, MMS, chats y otros.
El investigador del IAC también dijo que para avanzar en la investigación astrofísica no sólo es necesario construir telescopios cada vez más grandes para captar más luz, con instrumentos que incorporen la última generación de detectores (incluyendo CCD), sino que hace falta también compensar el efecto de la atmósfera de la Tierra para tener más resolución.
Y es que las imágenes pierden resolución en el espacio debido a las variaciones de temperatura, humedad y presión, pues la luz que llega plana hasta la Tierra al atravesar la atmósfera se deforma.
Para compensar el efecto de la atmósfera turbulenta se utiliza una técnica denominada óptica adaptativa, que consiste fundamentalmente en medir la deformación de la luz y corregirla en tiempo real (mil veces por segundo) dentro de un telescopio con un espejo que cambia de forma para que la imagen llegue perfectamente nítida al detector.
Marcos Reyes indicó que la óptica adaptativa reúne una serie de tecnologías cuyo desarrollo se impulsó por su aplicación en la investigación astrofísica y ahora tiene importantes aplicaciones en otros campos, sobre todo la medicina y la visión humana.
Así, en oftalmología las técnicas de óptica adaptativa son utilizadas de forma rutinaria para el estudio del ojo y la corrección de defectos de visión, que ha mejorado la vida de muchas personas.
Otra tecnología de uso común en astrofísica es la criogenia, que consiste en reducir la temperatura por debajo de los 200 grados bajo cero.
Esto es necesario para conseguir que algunos tipos de detectores tengan mayor sensibilidad y se pueda así detectar objetos más débiles o más lejanos.
Esta tecnología es común a otras ramas de investigación (fusión nuclear, aceleradores de partículas) y también se utiliza en medicina, en concreto en los equipos de resonancia magnética, manifestó Marcos Reyes.
Pero con las tecnologías usadas en astrofísica también se crea empleo, pues el desarrollo lo llevan a cabo empresas españolas que generan por ello actividad económica y puestos de trabajo, indicó Marcos Reyes.
Destacó en este ámbito que la construcción del Gran Telescopio de Canarias (GTC), instalado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma), fue llevada a cabo por empresas tecnológicas, la mayoría de ellas españolas.
Esta experiencia unida al desarrollo de la astrofísica en España ha permitido posicionar a varias empresas españolas para conseguir contratos en el extranjero, en concreto para el diseño y fabricación del futuro Telescopio Europeo Extremadamente Grande, el EELT, subrayó Marcos Reyes.
El investigador del IAC concluyó al decir que la pequeña inversión pública en general en investigación y en concreto en astrofísica impulsa el desarrollo de empresas tecnológicas y puede hacer posible, en una economía tan poco diversificada como la española, el crecimiento económico y la generación de puestos de trabajo.
Economías como la alemana potencian los presupuestos destinados a investigación, incluso en momentos de crisis.
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