En el 50 aniversario de la creación de la creación del Observatorio Europeo Austral (ESO), el presidente del Consejo del ESO, el español Xavier Barcons, durante la celebración del aniversario en la sede del CSIC, repasó los avances astrofísicos logrados desde los observatorios que ESO tiene en Chile, como el Very Large Telescope (VLT), aunque ha reconocido el reto que tienen planteado con el futuro Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT): “El proyecto está listo para arrancar, aunque lo que no está todavía es el dinero (unos 1082 millones de euros)”.
El investigador ha aclarado a SINC lo que queda pendiente: “De los 14 estados miembros de ESO, todos han confirmado su interés en que se haga el E-ELT, aunque solo seis tienen el dinero y así lo ratificaron en junio. Otros cuatro están pendientes de hacerlo a lo largo de este año, y el tercer grupo restante –al que pertenece España– ha indicado que están ‘trabajando en ello’. Por otra parte, también está pendiente la ratificación de Brasil”.
Con este gigantesco telescopio los científicos pretenden, entre otros estudios, observar ‘la primera luz’, es decir, las primeras estrellas que se formaron en las galaxias más antiguas del universo. Junto a los espectrógrafos ESPRESSO y CODEX, también confían en descubrir nuevos exoplanetas parecidos a la Tierra. Además –según ha explicado Barcons– otros temas de gran interés serán la formación estelar y todo lo relacionado con el agujero negro del centro de la Vía Láctea.
Respecto al Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), el otro gran proyecto de la organización, “ya se ha empezado a ver que hay galaxias que tienen un montón de gas molecular frío, de épocas muy remotas, un gas que habrá que estudiar como acaba luego formando estrellas”.
El acto organizado hoy conmemora la firma en París el 5 de octubre de 1962 con la que Alemania, Bélgica, Francia, Holanda y Suecia ratificaron el nacimiento de ESO.
A la celebración han asistido el Secretario General de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINECO) Román Arjona Gracia, quien ha destacado la participación española en ESO, así como el Vicepresidente de Organización y Relaciones Institucionales del CSIC, Jose Ramón Urquijo.
Durante el encuentro se ha realizado una conexión en directo con el VLT para observar la Nebulosa del Casco de Thor, un objetivo elegido por votación popular. Por otra parte, también se ha rendido un homenaje al investigador del CSIC Alberto Lobo, que falleció la semana pasada. Fue el principal impulsor en España de la experimentación con ondas gravitatorias en el espacio.
¿Qué es ESO?
El European Southern Observatory (ESO) es el observatorio astronómico más productivo del mundo, con numerosos descubrimientos y publicaciones cada año. Quince países apoyan esta institución: Alemania, Austria, Bélgica, Brasil (pendiente de ratififcación), Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Holanda, Italia, Portugal, el Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza. Cada estado participa con una cantidad proporcional a su PIB. En el caso de España ronda los 11,8 millones de euros al año.
Además de su sede central (el centro científico, técnico y administrativo de la organización) ubicada en Garching (cerca de Munich, Alemania), donde se llevan a cabo programas de desarrollo técnico para proporcionar a los observatorios la instrumentación científica más avanzada, ESO opera en tres observatorios ubicados en el desierto de Atacama, en Chile: La Silla, Paranal y Chajnantor. Aunque La Silla sigue siendo el segundo observatorio más productivo en astronomía terrestre, el observatorio de Paranal cuenta con el Very Large Telescope (VLT), un conjunto de 4 telescopios de 8 metros de diámetro, junto con una serie de telescopios auxiliares, que incorporan las últimas tecnologías de vanguardia.
Además, ESO tiene dos proyectos de gran calado en marcha: el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) –una impresionante instalación que estará compuesta por un conjunto de 66 antenas gigantes y que inició sus primeras las observaciones en el 2011– y el European Extremely Large Telescope (E-ELT), un telescopio óptico-infrarrojo de casi 40 metros que será el «mayor ojo del mundo» para observar el cielo. El E-ELT podría revolucionar nuestra percepción del universo, tal y como hizo el telescopio de Galileo hace 400 años. Se espera que comience sus operaciones a principios de la próxima década.