Un equipo de centros de investigación y empresas ha creado el primer sistema capaz de detectar por infrarrojo y a distancia las emisiones contaminantes de los coches que circulan por carreteras de hasta tres carriles. Su objetivo es poder realizar una gestión global del tráfico.

El prototipo desarrollado, listo para su implantación comercial, permite realizar una gestión inteligente del tráfico de una autopista al tomar datos en tiempo real de la densidad de la circulación, de las emisiones y consumos asociados a cada vehículo y de las condiciones meteorológicas. Con esta información se puede analizar el impacto del tráfico sobre el medio ambiente y mejorar la seguridad vial. Funciona de manera similar a un radar, si bien en este caso se detecta el exceso de contaminantes de forma individualizada, comentan sus creadores, que trabajan en el marco del proyecto INNPACTO, liderado por la compañía Technet y en el que participan también investigadores del CIEMAT, la empresa Tevaseñal y la UC3M.

Aproximadamente un cinco por ciento de los vehículos es responsable del más del noventa por ciento de los gases tóxicos que se emiten. Con este sistema se puede determinar qué vehículos son “grandes emisores” (contaminan más) y crear políticas concretas que faciliten su identificación. Y con ello, señalan los científicos, se lograría reducir las emisiones del tráfico (CO2, CO, NOx, HC, PM) y aumentar la eficiencia energética, dado que un ahorro de emisiones supone siempre menor consumo. Además, se podrían adoptar medidas para optimizar el consumo y las emisiones, como por ejemplo, variar los límites de velocidad en vías de alta capacidad de entrada y salida de las grandes ciudades.

Según sus creadores, el dispositivo es el único prototipo del mercado capaz de medir las emisiones de cada uno de los vehículos que circulan por una vía de alta capacidad, es decir, aquella que tiene más de dos carriles. Para comprobar la eficacia del sistema, los investigadores realizaron recientemente una demostración final en la autovía A6 en las proximidades de Madrid: en ella instalaron un equipo que midió las concentraciones de sustancias contaminantes procedentes de todos los vehículos en circulación para comprobar la eficacia del sistema.

El prototipo desarrollado en la el Infrared LAB de la UC3M está basado en la modificación con filtros interferenciales de una cámara de imagen multiespectral de infrarrojo. Sus creadores parten de la idea de que todos los gases tóxicos tienen una firma de emisión en el infrarrojo que permite detectarlos a distancia. “Estos filtros están situados en una rueda que gira a gran velocidad delante del detector y proporcionan imágenes sucesivas del mismo escenario en diferentes bandas, lo que nos permite detectar a distancia algunos gases (CO2, CO e HCs)  no quemados”, explica Fernando López, responsable del Infrared LAB de la UC3M, donde también se ha supervisado la creación de un software específico para medir las concentraciones de gases.

Las aplicaciones de esta tecnología son de gran alcance; con ella podrían mejorarse los análisis de las emisiones del parque móvil de una ciudad o región,  lo que contribuiría a resolver los problemas actuales de contaminación y dotaría a la Administración de una poderosa herramienta para la toma de decisiones medioambientales. Como comentan los científicos, se podrían retirar, por ejemplo, aquellos vehículos más contaminantes en función de los datos reales de emisión en circulación. El producto, a su vez, también representa una solución integral para el sector del transporte; en concreto, para todas aquellas empresas con grandes operaciones logísticas. De hecho, ya hay varias compañías que han mostrado su interés en el proyecto.

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