La Agencia Espacial Europea (ESA) ha avanzado la posibilidad de que robots diseñados para trepar por superficies verticales puedan funcionar en el espacio gracias a la creación de un material que imita la adherencia de las patas de salamanquesas.
Este animal se sujeta a la pared debido a la presencia de pelos microscópicos en sus extremidades, «lo suficientemente delgados como para que se produzcan interacciones atómicas entre el extremo del pelo y la superficie», precisó la agencia en un comunicado.
A partir de este dato, los científicos de la ESA dotaron a sus robots Abigail (nombre del modelo) con unas almohadillas que imitaban esos pelos y cuyas terminaciones eran «100 veces más largas», aunque «suficientes» para soportar el peso del robot.
Los investigadores comprobaron que la capacidad de adhesión de esta almohadilla resistía las condiciones de vacío y temperatura propias del espacio exterior, a diferencia de los materiales con los que se había ensayado antes.