Ainia centro tecnológico y el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) han creado una aplicación capaz de personalizar recomendaciones nutricionales y para hacer ejercicio. Se trata de un sistema informático que tiene en cuenta las necesidades personales físicas y de estilos de vida.
Esta aplicación, que se puede utilizar en cualquier dispositivo móvil o fijo con conexión a internet, se ha diseñado para que tenga en cuenta las necesidades de cada persona, tanto físicas (peso, edad, índice de masa corporal…), como de su estilo de vida (tipo de trabajo, horas que pasa sentado, vida familiar…).
Una vez introducidos los datos del usuario, el sistema recomienda el tipo de ejercicio y la alimentación que debe seguir para alcanzar el objetivo que se haya propuesto: mantener peso, adelgazar o engordar.
El acceso a la aplicación, creada en el marco del proyecto INTEGRALIC, se accede a través de una web. Un software realiza los cálculos en función de los datos introducidos y los contrasta con una base de datos en la que hay almacenada una gran cantidad de ejercicios físicos y menús alimentarios.
Por otra parte, ainia también ha desarrollado un colon artificial llamado «digestor in vitro de fermentación colónica». Es capaz de reproducir los movimientos peristálticos, controlar la temperatura del agua de bombeo, regular las condiciones de acidez, reproducir las condiciones naturales del intestino grueso, mediante el control de pH, temperatura y monitorizar el crecimiento de la microbiota característica presente en el colon.
De este modo, se pretende cuantificar el número de compuestos bioactivos que siguen activos después de su paso por el tracto gastrointestinal, de forma que se pueda validar su efecto beneficioso para la salud.
Para que funcionen este tipo de compuestos es necesario que tengan una alta resistencia a su paso por el tránsito intestinal de forma que permanezcan vivos -son bacterias vivas- para colonizar la flora intestinal de cara a reforzar el sistema inmunológico, entre otras funciones.
Este dispositivo se ha desarrollado gracias al proyecto PROREGAS que, además de estudiar el efecto de los probióticos a su paso por el proceso digestivo, identifica la mejor presentación del producto y valida su funcionalidad sobre la salud.
Los investigadores de ainia también trabajan en el uso de residuos agroalimentarios que permitirán fabricar gafas biodegradables, así como en el desarrollo de envases activos a partir de orégano, ajo y romero. Estos proyectos se financian con fondos europeos y de diversas instituciones de la Comunidad Valenciana.