Mariana Carbajal
El auditorio escucha al hombre en el escenario. Anuncia que ya no son necesarias las revoluciones, porque ya existe Wikileaks. Se escuchan risas entre los asientos. Ahora “la información ya está disponible, está en la red y no la pueden parar. Estoy convencido que con el tránsito de información hay conciencia y creo que eso estamos viviendo en México, con un movimiento como el YoSoy132, se refleja un país que se está informando”.
El reportero Pedro Miguel, escritor y periodista de La Jornada, se dirige a los asistentes al auditorio de la Facultad de Humanidades durante el 1 de junio, entre los que se ven estudiantes, hombres y mujeres adultos, y en las filas de atrás, una mujer que lleva a su bebé en brazos. El recinto está lleno, como pocas veces
El ponente les habla de una forma familiar, con voz pausada; suelta varias ideas importantes a las que el público responde con un asentimiento, una sonrisa o una mirada atenta.
“Las redes sociales están cambiando la época, ya tenemos este medio de comunicación, que es súper importante, pero ahora debemos ser creativos, imaginar cómo formar nuevas organizaciones civiles como Yo Soy 132 a través de los medios electrónicos. Démonos cuenta que el internet es una herramienta para cambiar la vida, miremos lo que ha hecho por el movimiento, es algo nunca visto. Debemos preguntarnos ante la iniciativa de estos jóvenes si estamos en un momento revolucionario en México, que podría confluir con un gran cambio social y político”.
Algunas personas se reacomodan, se pasan al frente, una reportera escribe en su lap top, teclea con rapidez lo que oye, la gente está atenta, saben de lo que el hombre del escenario habla, también lo ven.
“El movimiento, ya expresó que al menos sabe lo que no quiere, que es a Peña, ahora deja a AMLO como una alternativa, no radical, pero que si plantea una revolución en el ….”.
¿En qué?, no se oye, no se oye, expresa el auditorio.
El hombre carraspea: “En el poder. Es que me da miedo decir lo que estoy diciendo”.
El público rompe en una risa espontánea.
“Aunque el movimiento ya es claro en lo que no quiere, también debe abordar el problema de la violencia, Yo Soy 132 no ha tocado puntualmente esta sangría humana que vivimos en el país, es necesario también que expresen esto. Porque yo no creo que los muertos sean resultado de un mal cálculo, de una estupidez, me parece que es una estrategia de hacer la guerra, pienso que el gobierno de Calderón y Duarte están en este negocio”.
Hay unos jóvenes en la primera fila, un viejecito cabecea pero entre sueño y sueño mira hacia el escenario. Todos están atentos, el reportero les habla en un lenguaje que ellos entienden y además, les habla de cosas que ya saben, una realidad mexicana que ya no engaña a los ciudadanos.
“Parece que hay que decirle al gobierno: no nos gusta que nos maten —el auditorio ríe—. Sí, parece que hay que decírselos así, mátense ustedes si quieren pero a nosotros no nos maten. ¿Entienden? No nos gusta”.
La seriedad de lo que dice no pierde fuerza ante el humor, la gente mira alegre al ponente y entre ellos murmuran afirmaciones u otros chistes, incluso Pedro Miguel sonríe pasando la vista por entre las butacas y sigue con su plática.
“Hoy también pasa otra cosa, se ve el retroceso de los medios. Ésta es una gran pelea, algunos creen que no pueden hacer nada, yo les digo: sabes cómo se dice poder en inglés, sí, power, pues sí, fíjate que hay un botón en el control que dice power, apachúrralo, dile a tus amigos para qué sirve. Si apagas la tele, tal vez le pegues al rating y tal vez al bolsillo de los inversionistas. Nosotros podemos participar, hay que creérnosla. Y bueno, ése es el logro de 132, que sintomatiza una oportunidad de transformación”.
El único bebé asistente lanza unos sollozos, la madre lo arrulla y la vocecita del infante cesa. Por unos segundos se hace un silencio, una pauta para reflexionar en lo que se está escuchando y lo que estos momentos pueden significar para una sociedad necesitada de cambio, necesitada de tomar decisiones propias.
“Los jóvenes del movimiento Yo Soy 132 lograron alzar su voz y rechazar al candidato que parecía invencible, pero depende de lo qué queramos hacer nosotros, no somos impotentes, tenemos opciones, y aunque AMLO tiene una infinidad de defectos y está rodeado de gente espantosa, sí propone algo diferente, y depende de nosotros si preservaremos lo que tenemos aunque no nos guste o si nos vamos hacia lo desconocido. Tenemos la opción de propiciar un cambio y ponernos del lado de los chavos”.
“Tenemos en las manos una decisión importante, y no es anular o no anular el voto, o votar o no votar, no, lo que tenemos que hacer es decidir, participamos o no participamos. A mí me parece que es recomendable participar en esto que puede ser el punto de una transformación social y ojalá económica y política, porque oportunidades como esta no se dan frecuentemente y muy probablemente ninguno de nosotros vuelva a vivir una oportunidad así en el resto de sus vidas”.
Se escucha una ovación, la gente aplaude emocionada por estas palabras, también está convencida de lo mismo. Calmados los ánimos, se anuncia la ronda de preguntas, los que quieren participar se paran y buscan el micrófono.
Un hombre barbado se levanta en su asiento y pregunta: ¿Cómo surge el movimiento Yo Soy 132?
¿Cuál es su prospectiva de estas elecciones?, pregunta una joven de cabello alborotado y con acento fresa entre las primeras filas.
Un chavo de lentes de pasta y ropa holgada, con pinta de estudiante y voz jovial y modesta, se incorpora y pregunta: ¿Qué opinas del juicio político que pide el movimiento Yo Soy 132 a Calderón y Peña Nieto?.
La gente aplaude y el chavo asiente mirando al auditorio, vuelve a su lugar.
Pedro Miguel toma el micrófono y respira profundamente antes de responder, los ojos de personas de todas las edades esperan.
“¿Cómo surge?, surge a raíz del rechazo de Peña Nieto en la Ibero, con un video en You Tube que muestra a 131 jóvenes dando sus datos para desmentir los rumores de que los que se manifestaron en contra de Peña Nieto eran acarreados. Estos jóvenes son estudiantes con conciencia y el video provocó que la gente se uniera a estos chavos auténticos. Me sorprende que en nuestras narices se haya disparado una generación crítica, con capacidad de diálogo, en esta sociedad apachurrada, consumista y neoliberalista, me sorprende, ¿de dónde salieron estos chavos con conciencia?”.
“En las elecciones, creo, que bueno, la verdadera pregunta es: ¿habrá fraude? Pues ya lo hubo, lo hay todos los días, no se hace oficial, eso sí, pero ahí está. Y claro, apoyar a un candidato analfabeta, productor de una televisora también es fraude”.
“Yo creo que si AMLO vuelve a ganar, sí habrá fraude, pero depende de 3 cosas:
1.- Que AMLO gane; si no gana, no habrá fraude.
2.- La correlación de fuerzas a favor del fraude; sin embargo, puede contrarrestarse porque antes no había una organización como ahora.
3.- La más importante: si no hay participación ciudadana es probable que el fraude sea imparable”.
“En cuanto a lo que pide el movimiento; el juicio para Calderón y Peña Nieto, por Atenco, es necesario, estoy de acuerdo, creo que es necesario que Calderón sea enjuiciado porque ya tenemos una cadena de impunidad en los sexenios, uno cubre al otro aunque no sean del mismo partido, ya basta, y ojalá este movimiento lo logre”.
Las palmas se levantan en acuerdo con el ponente. Nadie agrega nada. La última ronda de preguntas se inicia, pero a estas alturas pocos tienen dudas.
Un joven de playera amarilla se acerca al escenario y toma el micrófono: Exhorto a la gente a que esté atenta, se han puesto en marcha una serie de planes maquiavélicos para hacer un nuevo fraude, desde los capacitadores del IFE, un amigo que está involucrado me dijo que se les está diciendo que los votos para AMLO serán anulados si no se marcan perfectamente las tres casillas y, para los de Peña Nieto no se tomarán en cuenta esos criterios. Es momento que vayamos armando nuestra estrategia en pro de un cambio que como dices, Pedro, difícilmente volveremos a ver.
Entre las voces de reconocimiento una señora mayor vestida de azul y lentes de fondo de botella también se levanta a tomar el micrófono. De frente al auditorio reconoce a los chavos comprometidos con el movimiento Yo Soy 132, que no son tantos, pero cada vez son más y que cooperan con otros movimientos en el país.
Quiero decir que en México sí es necesario el derecho al internet, pero el derecho a comer es más importante y el derecho a la seguridad, porque cómo se sienten con el ejército en las calles, yo no puedo estar tranquila. Creo que estamos en un régimen genocida dirigido a los jóvenes, hay muchas cosas por que luchar, así que hay que ampliar la lucha.
Un joven con un corte de mohicano, de bermudas, que se llama Jorge, dice que es mexicano y vivió 6 años en Chile; observó cosas muy interesantes, dice que sólo quiere compartir su experiencia. En su viaje a Chile, en una ocasión un trailero le dio un aventón. Jorge le preguntó qué opinaba sobre la victoria de Piñera, él hombre con mucho pesimismo le respondió que era algo muy triste, pero que no importaba porque tenían a los estudiantes y ellos no los iban a dejar solos.
Jorge, entre risas, dice que ojalá el movimiento Yo Soy 132 hubiera iniciado en la UNAM o en el Poli, que fue en la Ibero, pero qué gusto y ojalá siga adelante.
Una chica de blanco se levanta, apenas se oye su voz, el público le dice que hable más alto, le pregunta al ponente qué opina sobre la democratización de los medios.
Pedro Miguel medita un poco lo que va a decir a continuación. Le responde a la mujer de azul que tiene razón, sí es importante el derecho a comer, a vestirnos, al internet, no es que algo sea más importante, lo que pasa es que “lo queremos todo, queremos que nos curen, poder vivir con decencia aunque se trabaje o no. Si no queremos al estado para eso, para qué lo queremos, lo queremos todo carajo”.
Sí, eso queremos, se escucha entre el público que está aplaudiendo.
“En cuanto a la democratización de los medios, creo en la libertad de expresión, pero no estoy de acuerdo con que ese derecho se module por la propiedad del comercio. Los medios ven al público como un consumidor y los dueños de los medios imponen su criterio mercantil e intereses políticos por encima de los informadores, no es posible que al amparo de los monopolios unos cuantos hayan juntado tanta lana. A Televisa y a TV Azteca hay que quitarles la concesión y se les deben quitar las frecuencias nacionales y sacar, como dice El Chamuco, a los telectuales. Se deben de redistribuir esas frecuencias, es inadmisible que se manejen de una manera tan antidemocrática. Muchas gracias”.
Los aplausos nuevamente y por última vez se dejaron oír. La gente se queda sentada unos momentos, algunos se acercan al estrado, Pedro Miguel bebe agua, los reporteros recogen sus grabadores y la gente se levanta lentamente. No hubo desacuerdos, la gente está en el mismo canal, este cambio es necesario, se sabe, se asume, todos esperan que el germen de este movimiento impulse lo que el país necesita.
Los jóvenes caminan hacia la salida, con caras relajadas y sonrisas amenas, la reunión les sirvió para entender las posibilidades, para afirmar hacia donde se dirige su lucha.
El hombre mayor que dormitaba sale ayudado por sus familiares. Un grupo de adultos se queda en el recibidor, lo que se ve es un grupo heterogéneo, un joven darkie se pasea por el lugar, algunos hipsters y señoras platican en grupos.
La reunión tiene esta característica. Adultos y jóvenes tienen las mismas inquietudes, tal vez ven en los chavos la oportunidad que ellos buscaron durante tanto tiempo, una lucha que también ellos impulsaron pero que no supieron cómo iniciar. Un aliado en esta lucha es el internet, que tal vez los adultos no vieron como herramienta de lucha, pero que los jóvenes de hoy día supieron emplear para seguir con los ideales. Informando, denunciando y exigiendo en un espacio virtual que es capaz de alcanzar todos los rincones del mundo, sin violencia.