Más allá de tener políticas públicas en materia de salud alimentaria, es necesario educar a la población infantil para que aprenda a discernir entre la comida sana y la chatarra, apuntó Ana Sofía Charvel, coordinadora del programa de salud en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Lo anterior, durante la conferencia “La obesidad y el derecho”, impartida en el marco del Simposio sobre Obesidad organizado por la Universidad Veracruzana (UV), a través de la Facultad de Nutrición, y el Colegio Nacional.
Ahí, mencionó que a pesar de tener el Acuerdo Nacional de Salud Alimentaria, los lineamientos y normatividades que proponen no han sido aplicados de la manera correcta, básicamente por la falta de capacitación al personal que pretende ponerlas en práctica.
“Las medidas puestas en marcha por la Secretaría de Educación Pública también han tenido buenos resultados, aunque falta mucho por hacer porque hay algunas escuelas en las que pareciera que no ha pasado nada, para ello hay que fortalecernos y establecer una vigilancia en las escuelas, sin embargo ya se ha dado el primer paso”, apuntó.
Y prosiguió: “Si no hay verificación no hay cumplimiento, porque es donde está fallando, porque a veces no se les da un entrenamiento a las personas, falta explicar bien cómo y por qué se pretende aplicar esta política pública”.
La abogada de profesión también dijo que debe hacerse partícipes a los niños, profesores, directivos de las escuelas y padres de familia en el cumplimiento y aplicación de la normatividad de salud alimentaria, de ahí que propuso crear un modelo de incentivos para premiar a quienes la cumplan al pie de la letra, “y sanciones a aquellas que no las pongan en práctica”.
Al cuestionarla si estamos a tiempo de revertir los problemas de obesidad infantil que tiene el país, respondió: “Las enfermedades crónicas difícilmente pueden ser revertidas, porque aquellos niños que ya tienen obesidad, ya tienen efectos secundarios que no sólo perjudican su salud, sino el ánimo y economía familiar”.
Finalmente, Charvel advirtió que éste es el momento justo para que la sociedad civil, organizaciones sociales y especialistas participen e impulsen aquellas políticas públicas relacionadas con la prevención de la obesidad infantil, ya que lamentablemente México ocupa el primer lugar a nivel mundial en este tema.