Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) trabajan en la conformación del Atlas de Manifestaciones Gráfico Rupestres del Estado de Guerrero, en el que se ha incorporado información de 350 sitios con petrograbados y pinturas rupestres registrados en esa entidad, y cuya antigüedad abarca desde 3000 a.C. hasta la época colonial.
Se trata de un trabajo de sistematización de datos como las formas, estilos, diseños, medidas y demás características que presentan este tipo de patrimonio cultural. Dicho catálogo, que se prevé publicar próximamente, servirá para el desarrollo de estudios y proyectos para la salvaguardia de estos milenarios testimonios de las antiguas culturas de esa entidad.
Al participar en la V Mesa Redonda de Guerrero, que se efectuó hace unos días en Taxco, el arqueólogo Miguel Pérez Negrete, indicó que esta tarea se realiza bajo un esquema de gestión social, en el que las mismas comunidades se encargaran de la custodia y salvaguardia de esos sitios arqueológicos, particularmente para evitar que sufran agresiones por visitantes.
La conformación del atlas comenzó en 2005, y a la fecha se tiene ya el registro de los cerca de 350 sitios con petrograbados y pintura rupestre del estado, donde se incluyen desde los de grandes dimensiones, como los de la Costa Grande que llegan a medir hasta 4 metros de longitud, hasta las tradicionales líneas rojas y blancas que abundan hacia el Balsas, cuyos paneles contienen más de 50 elementos.
Se trata de vestigios muy frágiles, que están expuestos a la intemperie y los cambios climáticos, por lo que es necesaria su protección y conservación, coincidieron expertos en dicho foro académico.
Pérez Negrete detalló que en un primer paso, durante la integración del atlas se registraron sitios con petrograbados creados por cazadores recolectores, así como los de estilo olmeca que se hallan en localidades como Cahuaziziqui, Oxtotitlán y Juxtlahuaca, en la región de la Montaña; así como de otros grupos prehispánicos como los yopes, en Palma Sola y La Sabana-5 de Mayo, en Acapulco, y áreas con alta densidad de representaciones en piedra, como el municipio de Atoyac de Álvarez, que por sí solo contiene 45 lugares con arte rupestre.