La Universidad Veracruzana (UV), tras 10 años de esfuerzo con la población aledaña al Sistema Lagunar de Alvarado (SLA) y a través de una estrategia de trabajo enfocada en la educación ambiental, ha logrado una disminución de mortandad de manatíes en la región.
“Se sabe que en los años cuarenta se cazaban hasta 17 manatíes por mes. En la actualidad, y como resultado de este trabajo, las personas que se dedicaban a la cacería del manatí ahora los protegen”, destacó Blanca Elizabeth Cortina Julio, del Instituto de Investigaciones Biológicas de la UV y responsable del Proyecto de Conservación del Manatí en el SLA.
A propósito de que el 7 de septiembre se celebra el Día Internacional del Manatí, Cortina Julio recordó que el SLA es uno de los humedales más representativos de Veracruz, donde desde 1999 se estableció –por primera vez– una estrategia de trabajo enfocada hacia la educación ambiental y a la protección de esta especie.
Este viernes, en la Casa de la Cultura de Alvarado, se realizará la exposición fotográfica Miradas desde el humedal, producto del trabajo colectivo de pobladores de las comunidades Costa de San Juan, Pajarillos, Nacaste y Costa de la Palma.
Las actividades iniciarán a las 11:00 horas con la inauguración de la muestra, después se presentará la página web del Subcomité Nacional para la Conservación y Manejo del Manatí. Posteriormente, se dictará una conferencia sobre la situación actual de este mamífero en Veracruz y enseguida, Blanca Cortina dará el taller Conservar al manatí es tarea de todos.
Respecto del trabajo realizado desde la UV, la investigadora relató: “El punto de partida fue la conservación del manatí, especie catalogada en peligro de extinción principalmente por la caza inmoderada de los pobladores de la región. Con esta estrategia, a través de programas de sensibilización, se ha logrado ganar la atención de la gente, tanto en el ámbito local como internacional”.
Agregó que tal interés ha propiciado mayor apoyo en las tareas de conservación, que se realizan bajo el enfoque de protección, pues el objetivo es preservar toda una región de importancia biológica, ecológica y socioeconómica.
Asimismo, explicó que como parte del proyecto se establecieron dos fases importantes: una relacionada con la perspectiva antropológica, en la cual se trata de obtener testimonios de los pobladores acerca de la presencia e importancia del manatí en su vida cotidiana.
Además, se documentaron aspectos como uso, consumo, técnicas de caza, creencias, mitos, costumbres, con el fin de testificar su significado tradicional y obtener un cuadro completo de las relaciones entre las comunidades ribereñas y el animal.
Otra fase de la estrategia son talleres de educación ambiental basados principalmente en la problemática de las comunidades aledañas al SLA. En dichos talleres han participado pescadores de la región, almejeros, niños, amas de casa, decimeros, entre otros.
Cortina Julio precisó que hasta el momento se han impartido un total de 245 talleres en 10 municipios de la región, contando con la participación de más de dos mil 200 personas; se han impartido 102 cursos sobre la importancia del manatí en el estado de Veracruz y 12 intercambios de experiencia con otras regiones del estado y del país.
Además, se ha mantenido un programa de difusión que transmite información sobre la especie a través de diferentes medios de comunicación como radio, televisión, periódicos, videos, folletos y carteles.
Como resultado de este trabajo, se ha logrado un cambio de actitud en el comportamiento de los habitantes de las comunidades locales del humedal de Alvarado con respecto a la protección de las poblaciones de manatí y su hábitat, aseguró.
Además, se mantienen avistamientos continuos, principalmente en el periodo de verano, y se han rescatado hasta el momento siete individuos. Lo más valioso, a decir de Blanca Cortina, es que los propios pobladores han informado de la presencia de los manatíes.
“Con la experiencia de 10 años de trabajo se afirma y considera que los proyectos que se desarrollan en comunidades –tanto para mejorar la calidad de vida como para proteger los recursos naturales– no se reduce a emprenderlos en periodos cortos, la tarea debe ser más profunda y comprometida”, concluyó la también académica.