“La Escuela Primaria Intercultural Bilingüe ‘16 de Septiembre’ en la Sierra de Zongolica desde la mirada de sus actores” fue el título de la investigación realizada por un grupo de tres estudiantes de la Facultad de Pedagogía de la Universidad Veracruzana, campus Xalapa, misma que arrojó, entre otras cosas, la exigencia a las autoridades de los sistemas de educación indígena de analizar los modelos que implementen a fin de garantizar su efectividad.
Anallely Flores Ruiz, Miriam Edith Hernández Santos y Antonia Eréndira Isassi Hernández decidieron hacer su trabajo recepcional con base en estudios de campo. Manifestaron que la recomendación más fuerte que se “aventaron” a hacer va dirigida a los mandatarios de los sistemas de educación indígena.
“Que piensen los modelos que van a proponer o que quieren implementar en las escuelas, que vengan y vean la realidad, que conozcan el contexto y escuchen las necesidades reales de la comunidad para poder atenderlos.”
Tras varios meses de estudio e investigación, las estudiantes llegaron a la conclusión de que a los actores educativos de la escuela primaria bilingüe en mención les gusta su lengua materna y quieren que se siga practicando, pero no con el propósito de preservar la cultura sino para estar en comunicación con la gente mayor, con los vendedores que vienen de otras comunidades o para que los niños aprendan aunque sea un poco, ya que están en una escuela intercultural.
Asimismo, detectaron que los padres de familia señalaron como necesario que por las tardes los pequeños y pequeñas reciban talleres de manualidades –como costura y bordado– y que se aumenten las horas de náhuatl, toda vez que “no hay un horario establecido” para aprenderlo.
Las universitarias lamentaron que la mayoría de los niños y niñas de esa escuela desconozcan la finalidad del modelo de educación intercultural, lo que dificulta el proceso de enseñanza.
Explicaron que los niños no saben o no quieren hablar el náhuatl y los maestros se enfocan en los contenidos o programas educativos o los exámenes estandarizados –como la prueba ENLACE, que no distingue las condiciones y los programas bilingües que se llevan a cabo en las zonas indígenas– y en los problemas cotidianos como la desnutrición, el maltrato y las familias disfuncionales.
Las pedagogas recomendaron a sus compañeros estudiantes que se interesen en investigar estas problemáticas desde la realidad, pues hay muy pocos estudiando estos temas. También exhortaron a los académicos para que incentiven este tipo de investigaciones en campo, “para salir a la realidad”.
Las tres universitarias presentaron un bosquejo de su trabajo recepcional en el XVI Foro de Experiencia Recepcional, en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades. Estuvieron acompañadas de su director de tesis, Gunther Dietz, y sus lectoras Ana Luz Delfín Linaldi y Silvia I. Grappín Navarro.