La creación de redes de colaboración, comunidades u organizaciones son las mejores estrategias que tienen los periodistas para enfrentar la violencia de la que también son víctimas, sostuvo Salvador de León Vázquez, jefe del Departamento de Comunicación de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA).
Previo a su participación en el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV), en donde dictó la conferencia “Retos metodológicos en la investigación sobre medios de comunicación en México”, comentó que en todas las entidades federativas existen, en mayor o menor medida, experiencias de violencia contra los periodistas.
Algunas son agresiones físicas directas que llegan al asesinato, como sucede en los estados de Veracruz, Sinaloa, Tamaulipas y en Ciudad Juárez, donde los medios han tenido que publicar editoriales que dicen: “Sabemos lo que está pasando, pero no lo vamos a publicar porque nos están matando”.
“Hay otros lugares donde la violencia no es tan manifiesta pero se da de otras formas, sobre todo por parte del Estado y sus agentes, donde los funcionarios, los políticos amenazan a los periodistas de diferentes maneras desde las agresiones verbales durante las entrevistas hasta juicios por lo que publican”, agregó.
Por ello, consideró, que es de gran valía que el gremio se conforme en comunidades y redes de colaboración, tales como Periodistas de A Pie, Los queremos vivos, Nuestra aparente rendición, donde colaboran reporteros de todo el país, que buscan -con recursos propios- implementar estrategias para enfrentar la violencia.
“Organizan cursos de cómo armar protocolos de seguridad a implementar cuando son amenazados, cómo hacer coberturas en escenarios violentos y otros más ingenuos como son los cursos de redacción, pero que al final son agrupaciones que están interesadas y movidas por esta preocupación de ya no ser agredidos”, subrayó.
En la conferencia magistral destacó que la crisis del periodismo en México no sólo corresponde a la violencia, también deriva de la preponderancia de las relaciones públicas, especialmente con las dependencias gubernamentales, figuras políticas y partidos políticos.
“Las oficinas de comunicación social de los gobiernos, logran colocar discursos aparentemente informativos pero que son institucionales en los medios de comunicación, sin, con o a pesar de los periodistas, por la capacidad y derrama económica que hacen para estar todo el tiempo presentes”.
Además: “cuando un periodista entrevista a un político, su respuesta es para la clase política, hablarle, tirarle a algún otro personaje del espacio político y no para informarle a la sociedad. Estos juegos son los que tenemos en el periodismo local”.
Ante esta situación, expuso, los periodistas tienen una actitud crítica y reflexiva, porque saben que están ante determinaciones empresariales, de negociaciones a nivel cupular entre los aparatos cupulares y los publicitarios de los medios.
Por último, indicó que las entrevistas colectivas (conocidas en el gremio como “banqueteras”), entrevistas telefónicas, entrevista exclusiva para abordar varios temas, distribución de eventos entre los reporteros para abarcar todos los eventos, son vicios o estrategias que obedecen a las presiones bajo las cuales tienen que laborar.
“Son cuestiones que desde fuera se ven como vicios, pero que a ellos les sirven para enfrentar situaciones de presiones muy fuertes por parte de las organizaciones”, concluyó.