Tras el fallecimiento del expresidente de Sudáfrica Nelson Mandela el pasado mes diciembre, la revista Science le rinde esta semana su particular homenaje con un artículo retrospectivo firmado por Salim S. Abdool Karim, director del Centro de Investigación sobre el Sida de Sudáfrica (CAPRISA, por sus siglas en inglés), experto del Panel de Sida de la ONU y catedrático de Epidemiología Clínica de la Universidad de Columbia (EE UU), entre otros cargos.
Según explica Karim a SINC, “cuando los avances científicos sobre el sida fueron puestos en entredicho por Thabo Mbeki, sucesor de Mandela al frente de la presidencia de Sudáfrica, el expresidente reafirmó la primacía del enfoque científico para el tratamiento de la enfermedad”.
Además, la Fundación Mandela Rhodes financió varios estudios para poner de relieve la magnitud de la epidemia de VIH en Sudáfrica, añade este experto.
Aunque durante su presidencia no pudo abordar plenamente el problema, Karim señala que Mandela tomó medidas como la atención médica gratuita para las mujeres embarazadas y los niños. El autor también dice que el expresiente “hizo su prioridad personal enseñar sobre prevención, concienciar a la población y proporcionar tratamiento a los pacientes de sida”.
Las becas Mandela-Rhodes constituyen uno de los mayores programas de financiación de estudios jóvenes científicos sudafricanos en el extranjero
Contribución al avance científico y tecnológico
Su contribución al impulso de la ciencia y la innovación arrancó con la creación, tras ser elegido presidente, del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que, según Karim, ha sido clave para impulsar la ciencia y el desarrollo tecnológico en Sudáfrica.
Otra de las medidas destacadas por este experto es la creación de la Fundación Mandela Rhodes en 2002, que cuenta con becas que financian los estudios de jóvenes científicos en el extranjero.
Salim S. Abdool Karim comenta a SINC que las becas Mandela-Rhodes “constituyen uno de los mayores programas de financiación de jóvenes científicos sudafricanos en el extranjero, principalmente en la Universidad de Oxford.
En su opinión, “quizás aún es demasiado pronto para evaluar su impacto, ya que tiene poco más de diez años de existencia, pero este programa ya ha formado a algunos de los mejores investigadores de Sudáfrica, incluido mi mejor estudiante de doctorado”, concluye.