La mujer no ha podido salir del molde que le fue impuesto desde hace dos mil 500 años, resultado de las afirmaciones hechas por filósofos, religiosos y médicos, aseveró Claudia Torres Castañeda, académica de la Facultad de Filosofía de la Universidad Veracruzana (UV).
A lo largo de un recorrido histórico, planteó que la educación y la religión fueron creadas por el varón para mantener subyugada a la mujer, ejemplo de ello son los máximos pensadores del cristianismo, San Agustín o Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino, quienes sostuvieron que la mujer era inferior que el hombre en todos los aspectos.
“San Agustín dijo que la mujer es una bestia, pero el problema es que no es firme ni estable. Santo Tomás de Aquino no se quedó atrás al decir que el feto masculino adquiere calidad de humano a los 40 días, pero el de la mujer necesita 80. Observen que todo se va entrelazando dando como resultado lo que vivimos hoy”, destacó.
La constante en todos los periodos de la humanidad, apuntó, es la obligación que tiene el sexo femenino de hacer feliz a su esposo y a sus hijos, así lo sostuvo el filósofo suizo Jean-Jacques Rousseau en el siglo XVIII cuando declaró que las tareas propias de la mujer son el trabajo doméstico y la crianza de los hijos, y no valía la pena gastar dinero en educarlas.
“La mujer por naturaleza es dependiente del hombre, es como un apéndice, la mujer no puede vivir sin un hombre que la guíe por la vida. El hombre, por el contrario, es capaz de usar la razón y de ser autónomo por naturaleza, eso decía el gran Rousseau”, compartió.
Torres Castañeda concluyó que el patriarcado ha logrado el maltrato a la mitad de la población humana (que es la mujer); ha puesto en peligro el equilibrio ecológico al destruir el medio ambiente por el deseo de dominar a la naturaleza; ha implementado un sistema educativo con perspectiva racionalista y cientificista que favorece al hombre; ha creado una tecnología que se voltea contra la propia vida; ha impuesto un abismo entre el cuerpo y la razón, y piensa que la mujer es un ser para otros, “su función es servir al otro, divertir al otro, obedecer al otro”, agregó.
En la segunda parte de la charla, Maru Olvera, profesora en el Centro de Idiomas, platicó sobre la vida y trayectoria de la primera mujer médico en México, Matilde Petra Montoya Lafragua.
Fue una mujer destacada del siglo XIX mexicano, al desafiar los cánones establecidos por la sociedad de la época, al buscar estudiar en la Escuela Nacional de Medicina, logrando titularse después de presentar un examen profesional que duró dos horas.
“Ahora lo más curioso es que en 2013 en la Facultad de Medicina de la UNAM el predominio es femenino con 64 por ciento de la matrícula estudiantil, en contraste con 36 por ciento de los hombres matriculados.”
Finalizó su participación al afirmar que el dicho “Mujer que sabe latín, ni tiene marido ni tiene buen fin” aún es vigente en la actualidad, porque las mujeres con formación profesional sufren discriminación.