¿Sabes cuándo fue que Carlos Fuentes le agarro la chinga al idioma?.
¿Cuántos significados conoces de cómo interpretar la palabra chinga, su verbo chingar y todos los demás derivados?.
Como ejercicio idiomático, e aquí un extracto de La Muerte de Artemio Cruz, en donde Carlos Fuentes deshilvana múltiples significados de ese mexicanismo, tanto con el buen sentido de algo muy chingón, como con toda las ganas de chingar a fondo.
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Tú la pronunciarás: es tu palabra: y tu palabra es la mía; palabra de honor: palabra de hombre: palabra de rueda: palabra de molino: imprecación, propósito saludo, proyecto de vida, filiación, recuerdo, voz de los desesperados, liberación de los pobres, orden de los poderosos, invitación a la riña y al trabajo, epígrafe del amor, signo del nacimiento, amenaza y burla, verbo testigo, compañero de la fiesta y de la borrachera, espada del valor, trono de la fuerza, colmillo de la marrullería, blasón de la raza, salvavida de los límites, resumen de la historia: santo y seña de México: tu palabra:
—Chingue a su madre
—Hijo de la chingada
—Aquí estamos los meros chingones
—Déjate de chingaderas
—Ahoritita me lo chingo
—Ándale, chingaquedito
—No te dejes chingar
—Me chingué a esa vieja
—Chinga tú
—Chingue usted
—Chinga bien, sin ver a quién
—A chingar se ha dicho
—Le chingué mil pesos
—Chínguense aunque truenen
—Chingaderitas las mías
—Me chingó el jefe
—No me chingues el día
—Vamos todos a la chingada
—Se lo llevó la chingada
—Me chingo pero no me rajo
—Se chingaron al indio
—Nos chingaron los gachupines
—Me chingan los gringos
—Viva México, jijos de su rechingada:
tristeza, madrugada, tostada, tiznada, guayaba, el mal dormir: hijos de la palabra. Nacidos de la chingada, muertos en la chingada, vivos por pura chingadera: vientre y mortaja, escondidos en la chingada. Ella da la cara, ella reparte la baraja, ella se juega el albur, ella arropa la reticencia y el doble juego, ella descubre la pendencia y el valor, ella embriaga, grita, sucumbe, vive en cada lecho, preside los fastos de la amistad, del odio y del poder. Nuestra palabra. Tú y yo, miembros de esa masonería: la orden de la chingada. Eres quien eres porque supiste chingar y no te dejaste chingar; eres quien eres porque no supiste chingar y te dejaste chingar: cadena de la chingada que nos aprisiona a todos: eslabón arriba, eslabón abajo, unidos a todos los hijos de la chingada que nos precedieron y nos seguirán: heredarás la chingada desde arriba; la heredarás hacia abajo: eres hijo de los hijos de la chingada; serás padre de más hijos de la chingada: nuestra palabra, detrás de cada rostro, de cada signo, de cada leperada: pinga de la chingada, verga de la chingada, culo de la chingada: la chingada te hace los mandados, la chingada te desflema del cuaresmeño, te chingas a la chingada, la chingada te la pela, no tendrás madre, pero tendrás tu chingada: con la chingada te llevas a toda madre, es tu cuatezón, tu carnal, tu manito, tu vieja, tu peor-es-nada: la chingada: te truenas el esqueleto con la chingada; te sientes a todo dar con la chingada, te pones un pedorrales de órdago con la chingada, se te frunce el cutis con la chingada, pones los güevos por delante con la chingada: no te rajas con la chingada: te prendes a la ubre de la chingada:
¿a dónde vas con la chingada?
“La Muerte de Artemio Cruz” se publicó en 1962.
Una magnífica lectura. Disfrútela, sin chingaderas.