Editorial UV recopiló historia de mujeres en la ciencia: El canto de las sirenas

El papel de las mujeres en el desarrollo de la ciencia ha sido relegado por la historia, por lo que se cree que es un ámbito primordialmente para hombres, subrayó Angélica Salmerón Jiménez, académica y ex directora de la Facultad de Filosofía de la Universidad Veracruzana (UV), al comentar su libro El canto de las sirenas. Las voces femeninas en la ciencia, en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2013.

La obra es publicada por la UV en la Colección Quehacer Científico y Tecnológico y una de sus editoras, Nina Crangle, detalló que la integran 16 ensayos de prolijas científicas en los que se exponen los marcos histórico y social en que vivieron; dijo además que con su lectura se facilita dimensionar la transformación que ha tenido la ciencia y la sociedad en general respecto al papel de las mujeres que, como lo evidencia el libro, ha sido fundamental en diversos ámbitos.

El canto de las sirenas muestra que las mujeres de la ciencia echan mano de la intuición y los sueños para resolver muchas cuestiones inherentes a sus inquietudes científicas; no obstante a enfocarse en las mujeres, el libro trata de grandes proezas del ingenio humano, aseveró.

Angélica Salmerón Jiménez comentó que el libro compila artículos publicados en la revista La Ciencia y el Hombre dentro de la sección “Distintas y distantes. Mujeres en la ciencia”, y que tiene un doble origen: la curiosidad y la necesidad que le llevaron a investigar e introducirse en el trabajo intelectual de las mujeres, por lo que se dio a la tarea de ahondar sobre la historia de los personajes descritos, y lo que le sorprendió durante su investigación es la existencia de numerosas mujeres relacionadas con la ciencia y el conocimiento pero la historia oficial no estaba interesada en recordar sus nombres.

Es aquí donde surge la necesidad de reconstruir en las páginas de La Ciencia y el Hombre sus historias, destacó Salmerón Jiménez, para derrumbar el mito de que la ciencia es un terreno eminentemente masculino, por lo que calificó a su libro como un trabajo de resignificación del aporte de las mujeres hacia la ciencia en particular y hacia el conocimiento en general.