Jacques Alexandre Cesar Charles, fue un científico que trabajo sobre todo con las reacciones de los gases, donde tuvo tales logros que incluso es coautor de la Ley de Charles-Lussac
Al tener noticias de las experiencias de los hermanos Montgolfier con su globo aerostático propuso la utilización del hidrógeno, que era el gas más ligero que el aire que se conocía entonces, que fue descubierto unos años antes por Cavendish, como medio más eficiente para mantener los globos en vuelo.
Charles diseñó la nave y luego trabajó en conjunto con los hermanos, Anne-Jean y Nicolas-Louis Robert, en cuyo taller de la Place des Victoires en París, se construyó el artefacto. Los hermanos inventaron la metodología para el peso ligero.
Cuando el globo fue lanzado el 27 de agosto e 1783, entre el público se encontraba Benjamin Franklin. El globo era relativamente pequeño, una esfera de 35 metros cúbicos de seda con goma, y sólo capaz de levantar alrededor de 9 kg (20 lb).
El hidrógeno se obtuvo por la acción del ácido sulfúrico sobre limaduras de hierro. En total, fueron necesarios 226 litros de ácido y 454 Kg de hierro. El 27 de agosto de 1783 el globo logró elevarse unos 900 metros y volar durante 45 minutos para aterrizar a 24 Km de distancia.
Cuando se posó en tierra en la aldea de Gonesse, los campesinos –aterrorizados– pensaron que era una especie de monstruo del cielo, y destruyeron el aparato.
Ese mismo año, el propio Charles realizó su primera ascensión desde la plaza de las Tullerias, acompañado por Ainé Robert. El globo, de mayor tamaño y conocido como Charlière, se elevó a 549 metros.
En la fabricación de globos aerostáticos introdujo también otras mejoras, como una válvula para regular el flujo de gas y controlar el descenso, y una cesta de mimbre para los tripulantes.
Tras el éxito conseguido, el rey Luis XVI le cedió en el Louvre el espacio y los medios necesarios para instalar un laboratorio donde estudió la dilatabilidad de los gases y enunció la ley que lleva su nombre, según la cual, a presión constante, el volumen de un gas perfecto es directamente proporcional a su temperatura absoluta.
Los resultados se publicaron en 1802 y fueron conocidos como Ley de Charles y Gay-Lussac.