Las culturas antiguas de México y Japón reflejaron su búsqueda de la belleza, así como su relación con el entorno en objetos creados a partir de los elementos naturales, expuso Hirokazu Kotegawa, doctor en Antropología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien actualmente imparte cursos de Arqueología en la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV).

         El investigador trazó un paralelismo entre la cultura Jomon del país asiático, cuyos primeros registros datan del 13000 al 10000 a.C., y se basan en hallazgos de cerámica, considerada de las más antiguas del continente y probablemente del mundo.

         Esta civilización existió hasta el 800 a.C. y compartió el tiempo histórico con la cultura Olmeca que habitó en el continente americano entre el 1500 y el 500 a.C.

         Destacó que los grupos humanos de la antigüedad que lograron sobrevivir durante varios siglos lo hicieron al localizarse a las orillas de los ríos o en las costas, “porque todos los seres humanos necesitan del agua dulce para vivir” y éste fue el caso de ambas culturas.

         Mientras que en Japón se asentaban cerca de los ríos, en México los olmecas hicieron lo propio en una zona con lluvias constantes, por lo cual el abastecimiento de agua estaba garantizado.

         Ambas culturas dependían de las estaciones para su alimentación y en el caso de los jomon era entre primavera y verano que se abastecían de peces, moluscos y plantas, por lo que los especialistas suponen que el tiempo libre lo dedicaban a elaborar cerámica ricamente decorada.

Respecto de la alimentación del pueblo mesoamericano, Kotegawa precisó que “muchas personas piensan que en la cultura Olmeca se comían tortillas de maíz pero no es cierto, sí existía el maíz pero todavía no tenemos suficientes datos arqueológicos para decir que comían tortillas”.

Las dos civilizaciones enfrentaron también desastres naturales, agregó; mientras que los olmecas tenían que sortear las inundaciones en tierras pantanosas, los jomon enfrentaban tsunamis e incluso es posible que terremotos, aunque se carece de registros arqueológicos.

Como parte de su organización económica ambas culturas dieron un lugar preponderante al jade, es decir, lo consideraban como un material valioso. Este hecho se constata con las figurillas de jade olmecas y piezas como pendientes y pectorales encontrados en Japón.

Solamente se han encontrado yacimientos de jade en Guatemala, lo que significa que para los olmecas obtener este material requería hacer viajes de cientos de kilómetros.

Para los jomon, los yacimientos también eran escasos y lejanos, no obstante crearon piezas para uso personal que fueron trabajadas a detalle, lo que refleja el valor que le otorgaban al material pétreo.

“Ambas culturas siempre buscaron mostrar su belleza a otras personas, entonces los olmecas, por ejemplo las élites, se ataviaban con numerosos accesorios: tocados, brazaletes, orejeras y sus ropas estaban decoradas; en la cultura Jomon también utilizaban diferentes tipos de accesorios e indumentarias como las orejeras, conchas para hacer brazaletes y probablemente no eran para el uso diario porque son frágiles”, expresó.

“Estas dos culturas tienen sus propias piezas arqueológicas y generalmente la cultura Olmeca destaca por sus esculturas en piedra, la cultura Jomon se destaca con las piezas de cerámica, así tienen sus propios caracteres entre culturas contemporáneas. Vemos que ambas culturas tenían aprecio por el jade, nosotros no sabemos por qué pero es muy curioso que tuvieron el mismo interés por esta piedra preciosa”, concluyó Kotegawa.

La presentación fue parte de las actividades culturales del evento “La misión Hasekura, de Sendai a Veracruz”, el arqueólogo dictó la conferencia “Piedra, barro y jade en las culturas antiguas de México y Japón” en la Galería de Arte Contemporáneo de la capital.

Las líneas de investigación del ponente son la vida cotidiana prehispánica y la arqueología olmeca, además ha realizado trabajos en varios sitios arqueológicos en México y dirige a la fecha el “Proyecto arqueológico estero rabón: reconstruyendo la vida de los olmecas” para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

 

Inauguran exposición relacionada con la conferencia

Al finalizar se inauguró la exposición fotográfica homónima, que consiste en las imágenes presentadas por el arqueólogo como parte de su conferencia.

Silvia Alejandre Prado, directora de la Galería de Arte Contemporáneo, dio la bienvenida a los asistentes y el mensaje inaugural fue a cargo de Ángel Fernández, director de Cooperación Académica de la UV, quien reiteró el agradecimiento de la máxima casa de estudios, así como de su Dirección General de Relaciones Internacionales, al Instituto Veracruzano de la Cultura “que tan amablemente nos han acogido en este evento”.

Mencionó que durante un año se trabajó con la comunidad universitaria y otras instancias en el vasto programa de actividades, del cual forman parte la conferencia y la exposición, por lo que invitó a los presentes a acudir a los eventos que incluyen conferencias, teatro, cine y exposiciones.

Los comentarios están cerrados.