Los últimos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señalan una tendencia mundial de reducción en la disposición del agua, la situación en América Latina (AL), región que posee el 30 por ciento de agua dulce del planeta, no es diferente, compartió el ingeniero Alberto J. Palombo, secretario del Comité Ejecutivo de la Red Interamericana de Recursos Hídricos (Brasil).
En su participación en el Décimo Foro Internacional Ciudad de México. Desarrollo Sustentable y Cambio Climático que se realizó en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) compartió información relevante: las tres grandes cuencas hídricas de AL, la del Valle de México, del Atlántico Sur –Río de Janeiro y Sao Paulo–, y de La Plata –humedales de los ríos Paraná y Paraguay– se encuentran afectadas en diferentes formas, si hablamos de la cuenca del Valle de México podemos decir que se encuentra “bajo una alfombra de concreto”.
El investigador sostuvo que los sistemas de agua en estas cuencas no son lo suficientemente productivos para mantener los niveles de la demanda de las ciudades y el agua se importa de otras cuencas; de los 510 millones de personas de esta región, 150 millones no tienen agua segura principalmente en términos de calidad.
En materia de gestión del agua uno de los desafíos más importantes de AL es combatir la desigualdad: el cinco por ciento de los pobres apenas tiene el 40 por ciento de cobertura de agua potable con los conocidos impactos económicos y en la salud, y el cinco por ciento más rico tiene el 100 por ciento de cobertura, observó el funcionario en esta radiografía de la situación.
Respecto al cambio climático señaló que los últimos reportes del IPCC predicen entre uno a cuatro grados centígrados de aumento en la temperatura (dependiendo de los diferentes contextos); cambios extremos en los patrones de precipitación (volúmenes insólitos de lluvia o reducciones en la cantidad de precipitación de hasta un 40 por ciento como sucede en la parte norte de México).
También un incremento en las escorrentías en la región oriental de Argentina y el sur de Brasil y disminuciones de éstas en México; reducción de glaciares en Venezuela, Perú y Bolivia, donde las cubiertas glaciares han disminuido en más del 40 por ciento; aumento en el número de huracanes, tempestades, inundaciones y sequías.
Fenómenos naturales inauditos, que sin lugar a dudas, expresó Alberto Palombo, son consecuencias del cambio climático comenzarán a presentarse en países de AL, como el huracán Catalina en costas de Brasil en 2004 y el primer tornado registrado en Brasilia.
Los daños relacionados con el cambio climático aumentarán y por ende los costos económicos, las predicciones para 2025 advierten sobre la afectación de más de 2.5 millones de habitantes en el caso de Brasilia y de 20 millones para el caso de México.
El científico propuso prepararse en diferentes dimensiones para afrontar estos cambios con infraestructura verde; restauración y preservación de las cuencas; análisis precisos de riesgos y vulnerabilidad con indicadores de evaluación confiables, simples y mesurables que reflejen una realidad en tiempo breve; análisis de capacidad hídrica, de corriente y cuerpos de agua en áreas estratégicas.
También con fondos de adaptación para nueva infraestructura; mejoras en mecanismos de gestión; comunicación entre instituciones; aplicación estricta de leyes relacionadas a la protección de zonas inundables, áreas bajo riesgo y humedales; garantizar recursos para prevención y adaptación; implementar mecanismos financieros innovadores para cobertura a riesgos sociales, e incluir en las currículas escolares los temas de cambio climático.
Subrayó que la gobernanza es fundamental para establecer reglas claras y transparentes e información y rendición de cuentas para no estar en incertidumbre, particularmente, dijo, porque los fenómenos y problemáticas producidos por los efectos del cambio climático no son algo externo a nosotros “hay que compartir estos riesgos y la responsabilidad de disminuir estos impactos a futuro”.