La central nuclear de Chernóbyl (Ucrania) tardó catorce años en cerrar después de provocar el peor accidente nuclear de la historia en 1986, que causó la muerte a miles de personas directa e indirectamente (incluso un estudio mostró el incremento de probabilidades de muerte por radiación en Suecia).
La causa fue muy sencilla: Ucrania no tenía como resolver el problema de falta de energía que esto le provocaba.
La energía eléctrica era más importante que la vida
A la 1:24 horas de la madrugada del 26 de abril de 1986, el reactor número cuatro de la central nuclear estalló por una combinación de fallos técnicos y humanos, esparciendo al aire 200 toneladas de material radiactivo –entre unas 100 y 500 bombas como la de Hiroshima–. La nube tóxica se extendió por media Europa, especialmente Ucrania, Bielorrusia y Rusia, matando a miles de personas en los meses siguientes.
Según los expertos, los efectos se manifestarán en las generaciones venideras en los próximos 1.000 años
Aún después del catastrófico accidente, que provocó daños por toda Europa, Ucrania mantuvo abierta y activa la planta, utilizando los reactores que no fueron dañados, ante la escacez de energía que le representaba el dejar de usarlos.
Desde un principio la comunidad europea le ofreció apoyo a Ucrania, tanto para solventar la crisis en lo inmediato, como para realizar trabajos de remediación e incluso de reposición de la fuente de energía… Pero los recursos no llegaban.
El 22 de abril de 1998 el gobierno de Ucrania (poco antes de que se cumplieran 12 años) ordenó reabrir la central termonuclear de Chernobyl sin estar totalmente bloqueado el escape radiactivo, lo que causó profunda preocupación en todos los países europeos. La medida fue tomada por la comunidad internacional como un modo de presión para que aportase los fondos para la total anulación de la central termonuclear.
Ante la falta de respuesta, el 19 de mayo Ucrania cumplió con la amenaza, con lo cual comenzaron las negociaciones para la entrega de los fondos y el cierre total de la planta, que tardaron más de 12 años.
Fue hasta el año 2000, cuando el G7 y la Unión Europea comenzaron a formalizar los apoyos, que se tuvieron visos de solución.
El 6 de abril del 2000, el Presidente de Ucrania Leonid Kuchman ordenó, por fin, el cierre definitivo de la central nuclear de Chernobyl, después de recibir 80 millones de dólares de los Estados Unidos, mientras que el el 7 de Diciembre del 2000 el Banco Europeo Mundial para la Reconstrucción y el Desarrollo, puso 215 millones, para que se completen dos plantas más seguras que reemplacen la energía perdida desde Chernobyl.
Ucrania cerró definitivamente las puertas de la central el 15 de diciembre de 2000.
El reactor dañado fue cubierto por un ‘sarcófago’ que con el tiempo amenaza con derrumbarse. Desde 2012 se ha puesto en marcha la construcción de una nueva cubierta pensada para garantizar la seguridad de la planta durante los próximos cien años.