El término bioética fue introducido hace 44 años y desde entonces su significado y contenido han registrado un carácter casi camaleónico no sólo entre nosotros, también en el ámbito internacional, enunció Ruy Pérez Tamayo, científico, investigador y académico, en su conferencia “La bioética hoy”, en el marco de la serie de actividades “Presencia del Colegio Nacional en la Universidad Veracruzana”.
El Profesor Emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México indicó que “casi cada uno de quienes se han ocupado de ello le ha dado un giro distinto; varias disciplinas e instituciones académicas, profesionales y hasta políticas, consideran a la bioética como uno de sus legítimos compartimentos”.
Al comentar en torno de la diversificación de esta disciplina, dijo que en México existe una serie de instancias que apuntan hacia la bioética –una comisión nacional, una academia nacional, un consejo nacional y hasta un colegio–.
Por su lado, la UNESCO nombró una comisión internacional encargada de redactar un documento que se llamó Declaración Universal de las Normas de la Bioética. “Pero para cada una de ellas, el significado es distinto”.
Más adelante habló del origen y evolución del término, y de cómo se entiende en la actualidad. “El primero es histórico y principalmente anecdótico, mientras que el segundo es propositivo”, añadió Pérez Tamayo. Al abordar el tema desde este ángulo, aclaró que es necesario hacer a un lado cualquier referencia a normas éticas trascendentales, principios religiosos o dogmas autoritarios.
Se refirió más adelante a la primera ocasión en que apareció el término publicado, en 1970, en un artículo en que se le denominó “la ciencia de la supervivencia” y en que se redactó lo siguiente: “La humanidad necesita urgentemente una nueva sabiduría que le proporcione el conocimiento de cómo usar el conocimiento, para la sobrevida del hombre y de su calidad de vida”.
Ante ello, Pérez Tamayo indicó que, desde su punto de vista, la ciencia de la supervivencia debe cimentarse en la biología, ampliada más allá de sus límites tradicionales para incluir los elementos más esenciales de las ciencias sociales y de las humanidades, con énfasis en la filosofía en su sentido estricto.
Después ilustró la forma como han cambiado las definiciones, y ejemplificó con el Diccionario de la Lengua Española editado por la Real Academia, que en 1992 registró lo siguiente: “Disciplina científica que estudia los aspectos éticos de la medicina y de la biología en general, así como de las relaciones del hombre con los restantes seres vivos”. Más adelante, en 2001, la redacción se había modificado sensiblemente en esa misma publicación: “Aplicación de la ética a las ciencias de la vida”.
Mencionó que en su colección posee un sólo libro sobre el tema que se llama Ética médica, y el autor es él mismo. “Por cierto, es un buen libro. Lo recomiendo a ustedes”, añadió con sensible buen humor.