La soberanía alimentaria, como un modelo de desarrollo, constituye una estrategia real para acabar con el hambre y la pobreza, expresó Isabel Vara Sánchez, profesora investigadora del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos de la Universidad de Córdoba, España, al participar en el Foro sobre Derechos Humanos, Patrimonio Biocultural y Soberanía Alimentaria.
En el evento organizado de manera conjunta por la Universidad Veracruzana (UV), las comisiones Nacional y Estatal de Derechos Humanos, así como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), la académica señaló que se trata “de la declaración de los derechos de los campesinos y campesinas con perspectiva agroeconómica, y de un reconocimiento del campesinado como sujeto político, capaz de realizar un manejo sustentable”.
Ante una gran concurrencia que se dio cita en el Auditorio “Alfonso Medellín Zenil” del Museo de Antropología de Xalapa (MAX), quien fuera también Coordinadora del Proyecto Agro Ecored –red de investigación, capacitación y apoyo a experiencias locales de Bolivia y Cuba–, dio a conocer que en el mundo existen más de mil millones de personas subnutridas, no obstante que muchos países están incrementando su producción de alimentos, “pero hay otros más donde su producción agrícola se ha estancado”.
Tras mencionar que de acuerdo a investigaciones realizadas se pudo establecer que de 2008 a 2011 se incrementó notablemente la producción mundial de trigo hasta llegar a 676 millones de toneladas, enseguida presentó un esquema sobre la producción de tres productos alimenticios fundamentales.
Precisó que se tienen contabilizadas aproximadamente mil 600 millones de vacas en el mundo, las que producen 671 millones de litros de leche al año, lo que representaría que cada habitante del planeta –siete mil millones– tendría acceso a un vaso de leche por día.
En cuanto a carne, indicó que se producen anualmente 285 millones de toneladas, de los que corresponderían 100 gramos a cada persona, así como el consumo de un huevo cada dos días de las 68 millones de toneladas de producción anual.
“Con esta producción se podría cubrir diariamente la alimentación de toda la población mundial, pero cuando se nos dice que no hay producción suficiente uno se pregunta qué es lo que está pasando”, apuntó la investigadora.
Añadió que éste no es un problema de producción sino multidimensional, que conlleva a la falta de redistribución equitativa de alimento en el mundo ocasionado por la conformación de un sistema agrario en el ámbito de la globalización, que ha pasado de una racionalidad campesina a otra empresarial. “En la racionalidad campesina lo que priva es el alimento para cubrir necesidades básicas, y en la empresarial el objetivo primordial es la obtención del beneficio, convirtiendo el alimento en una mercancía”.
Para concluir su exposición, Vara Sánchez recordó la declaración de Nyéré en la que se señala que “la soberanía alimentaria es el derecho de las personas a alimentos adecuados, desde el punto de vista saludable, obtenido a través de métodos sostenibles y ecológicos, y su derecho a definir sus propios sistemas alimentarios y agrícolas”.