Advierte especialista de la UABC que cuando se rompe la pantalla del televisor o se desmantela para aprovechar algunos de sus materiales, se libera el óxido de plomo de los tubos de rayos catódicos que tiene efectos adversos a la salud y vuelve infértil la tierra.
El día del juicio final ha llegado para los televisores tradicionales de México, ya que de acuerdo con la Comisión Federal de Telecomunicaciones, el 31 de diciembre de 2015, es la fecha límite para concluir el “apagón analógico”, y sustituir los receptores con tecnología relegada por la digital, a fin de recibir y reproducir señales en alta definición y sonido de mejor calidad. Sin embargo, el problema es que los aparatos desechados contienen óxido de plomo, y se vuelve tóxico al entrar en contacto con el ambiente.
Parte de este cambio incluye una iniciativa del estado para otorgar un televisor digital a cada uno de los 13.8 millones de hogares inscritos en el padrón nacional de beneficiarios de los diversos programas sociales de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), lo que significa que alrededor de 14 millones de aparatos serán tirados a la basura o lotes baldíos, a falta de un plan de recolección que administre los desechos electrónicos y evite su toxicidad.
Al respecto, la jefa del Laboratorio de Residuos Sólidos de la Universidad de Baja California (UABC), Sara Ojeda Benítez explicó que en las ciudades donde inició la transición a la tecnología digital se ha observado el abandono de estos aparatos en lotes baldíos, cañadas, o tirados en el flujo de la basura urbana, pero el problema es que no están preparados para almacenar este tipo de residuos electrónicos, porque contienen elementos contaminantes.
Cuando se rompe la pantalla del televisor o se desmantela para aprovechar algunos de sus materiales como el plástico o metal, se libera el óxido de plomo de los tubos de rayos catódicos, que tiene efectos adversos a la salud y vuelve infértil la tierra.
Según advierte la Organización Mundial de la Salud, el óxido de plomo es altamente contaminante para el ambiente si penetra en la tierra o en el agua. Además hasta ahora no existen estudios que determinen un nivel mínimo de exposición segura para la salud.
Su intoxicación se da por inhalación o ingestión; una vez dentro del organismo se bioacumula, y provoca distintas reacciones como irritación en la piel, ojos y vías respiratorias. Además penetra en órganos vitales como el hígado, riñones y pulmones, agregó la doctora en Ciencias.
Por otra parte, Sara Ojeda, quien tiene una maestría en Ingeniería de Sistemas, manifestó que la mejora en la recepción de la señal se basa en el Sistema Digital Video Broadcasting, a diferencia de la analógica que usa las bandas VHF y UHF. Por ello entre las bondades de la TDT (Televisión Digital Terrestre) están las opciones de elección de idioma de la transmisión, insertar subtítulos, ver una guía electrónica de programación, contar con servicios interactivos o elegir la toma que más guste en caso de que se habilite la opción de multicámaras.
Además de proveer mayor calidad audiovisual, esta tecnología impactará en el ahorro de energía por el uso de estos aparatos, pero paradójicamente no se ha evaluado el impacto ambiental que provocarán los residuos electrónicos que se acumularán con los televisores obsoletos, que serán desechados sin ningún plan de manejo que prevea el acopio, reciclaje y disposición correcta.
La iniciativa del apagón analógico no es exclusiva de México, es una política a nivel mundial. Este proceso ha sido variable en cada país; en algunos ha sido a nivel nacional, como ocurrió en los Países Bajos en 2006, mientras que aquí fue planeado por regiones de acuerdo al Programa de Transición a la Televisión digital Terrestre implementado por el gobierno federal.
(Agencia ID)