Para probar una controvertida teoría sobre qué marca el ritmo de vida, los científicos que trabajan en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), en Panamá compararon el metabolismo y la composición de los lípidos en la membrana de 22 especies de abejas de las orquídeas de distintos tamaños. Sus resultados apoyan la teoría de que las membranas celulares de animales que viven, como quien dice, “a mil por hora” – o que tienen altas tasas metabólicas – son diferentes de las membranas celulares de animales con un ritmo más lento de vida, al menos en la proporción de los ácidos grasos que contienen.
Las membranas delimitan las células animales y sujetan las proteínas que bombean materiales dentro y fuera además de producir energía. La hipótesis de membrana como marcapasos sostiene que los animales que tienen mayores tasas metabólicas tienen una mayor proporción de ácidos grasos polinsaturados en sus membranas.
Si uno realiza una búsqueda en Google de hipótesis de membrana como marcapasos, uno de los primeros resultados es una página sobre la lucha contra el envejecimiento en los humanos. La hipótesis tiene implicaciones de largo alcance y el metabolismo puede ser una pista importante a la hora de explicar cómo funciona el envejecimiento en todos los animales, incluyendo los humanos. Hasta el momento, la hipótesis se ha puesto a prueba en animales desde albatros hasta ostras. Pero comparando las membranas de animales muy distintos es como comparar manzanas y naranjas. Son distintas de tantas maneras que no es de extrañar que sus membranas también lo sean.
El científico permanente del Smithsonian, Dave Roubik, es experto de clase mundial en abejas de las orquídeas: «Porque sabemos cómo colectar abejas de las orquídeas y ya sabemos cómo están genéticamente relacionadas, fue fácil poner a prueba esta hipótesis en 22 especies estrechamente relacionadas que variaban de 16 veces en el tamaño corporal y 2’5 veces en la tasa metabólica mientras revoloteaban», comentó Roubik. «También es la primera vez que la hipótesis se ha puesto a prueba en insectos.»
Las abejas machos pasan la mayor parte del tiempo recolectando aromas en sacos que tienen en sus patas traseras. Roubik ceba las abejas al colocar hojas de papel secante impregnadas con aceites esenciales naturales. Cuando los machos vienen a recolectar, son fáciles de capturar e identificar.
El equipo de la Universidad de Ottawa en Canadá, la Universidad de California, Santa Bárbara y el Smithsonian en Panamá descubrió una asociación directa entre la composición de ácidos grasos de las membranas de las abejas y su tasa metabólica mientras revolotean, apoyando la hipótesis de que la composición de la membrana, junto con otros factores que incluyen el tamaño del cuerpo y la filogenia, conspiran para «marcar el ritmo de la vida». Sus conclusiones se publicaron en la 4ª edición de febrero de Proceedings of the Royal Society B.
(STRI/DICYT)