Ante ello, una investigación de la Benemérita Universidad de Puebla sugiere consumir antioxidantes. Y crear una normatividad sobre los metales pesado en alimentos.
Una persona con diabetes debe cuidar su alimentación, comer frutas, verduras y mantener una comida balanceada; sin embargo, investigaciones recientes han descubierto que el cadmio, es un mineral presente en alimentos como mariscos, carnes rojas, arroz, papa e incluso el agua, puede producir en el páncreas insulina no funcional, causar hiperglucemias y generar diabetes prematura.
En la investigación realizada por Samuel Treviño Mora, doctor de la Benemérita Universidad de Puebla (BUAP) analizó en modelos animales que el cadmio tiene un efecto particular en el páncreas, produce insulina no funcional, la cual no puede regular la glucosa y causa hiperglicemia. “Ya se sabía sus efectos en el hígado y riñón pero es poco conocido en el páncreas”, precisa en científico.
“Trabajamos con modelos biológicos que no son susceptibles a desarrollar hiperglicemia o diabetes pero proporcionándoles un consumo de cadmio a través de agua hemos logrado poner en evidencia este efecto de diabetes”.
El mineral se ha asociado con personas que trabajan en minas, con baterías, pinturas, galvanizados y plástico, y se ha descubierto que generan una mayor incidencia en hiperglicemia. Lo que lleva a una desregulación metabólica a nivel de lípidos, carbohidratos, resistencia a insulina, síndrome metabólico y diabetes tipo II, indica el especialista de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ).
“Las personas que están propensas a tener diabetes desarrollan el padecimiento más rápido si mantienen un exceso de cadmio en cuanto a su consumo, y los tratamientos a base de insulina, metformina o glibenclamina no son completamente funcionales, por lo que estos fármacos en presencia de este mineral dañaría el páncreas en lugar de ayudarlo”. La solución es investigar con pruebas de sangre u orina si existe una sobreexposición del mineral e implementar una alternativa médica.
Treviño Mora aclara que el cadmio también se encuentra en el medio ambiente, sobre todo en lugares cercanos a los volcanes y al mar, aunque existe en pocas cantidades.
Añade que “el máximo de cadmio recomendable es menos de cinco microgramos por kilo; sin embargo, debido a que también se encuentra en el tabaco la dosis se cumple con dos cigarros y a la larga daña severamente los pulmones”.
Una solución para evitar el exceso del cadmio es crear una mejor normativa sobre los metales pesados. En el país actualmente estas iniciativas sólo se dirigen a materiales tóxicos que pueden alterar el organismo pero no abarca la cantidad de metales que contienen los alimentos, que son la primera fuente de exposición.
Otra solución es mantener un consumo de antioxidantes y tener una regulación con bioelementos esenciales, como zinc, cobre, magnesio y cobre.
“Al revisar el contenido nutrimental de cualquier alimento se busca conocer el porcentaje de varios bioelementos como zinc, fierro, calcio y magnesio, pero nunca de metales pesados porque nos consideramos una sociedad no expuesta”, finaliza el investigador.
(Agencia ID)