El 22 de octubre de 1962, el presidente Kennedy se dirigió a la nación avisando de la escalada de tensión bélica en aguas del Caribe.
Ese fue el momento álgido de la llamada «crisis de los misiles de Cuba», cuando más cerca ha estado el mundo de una guerra nuclear.
La dramática situación fue provocada por el descubrimiento por parte de un avión espía de EEUU de bases secretas en la isla de Cuba, donde estaban a punto de instalarse cabezas nucleares de la URSS.
Tras unos días de nerviosismo, la crisis se resolvió de manera pacífica. Las dos grandes potencias cedieron: EEUU se comprometió a no invadir la isla y a retirar su armamento nuclear de Turquía, y los soviéticos a desmontar las bases cubanas.
Poco después se creó el llamado teléfono rojo, una línea directa entre la Casa Blanca y el Kremlin con el fin de agilizar las conversaciones entre ambas potencias durante períodos de crisis.