Entran en el ordenador silenciosamente, infectan los archivos y corrompen el funcionamiento del sistema. Los hay más inocuos y otros muy peligrosos. Algunos son molestos y difíciles de eliminar. Esta es la carta de presentación de los virus informáticos, una de las peores pesadillas de la vida moderna.
No fue hasta hasta el 10 de noviembre de 1983, durante la celebración de un seminario de seguridad en la Universidad de Lehigh en Pensilvania (EE UU), cuando se empleó el término “virus informático” por primera vez.
El estudiante Fred Cohen presentó durante el curso un programa experimental capaz de infectar ordenadores, hacer copias de sí mismo y propagarse de un ordenador a otro. Este modo de funcionamiento hizo que el profesor de Cohen, Len Adleman, lo comparase con el de un virus.
El invento de Cohen se encontraba oculto dentro de un disquete y comenzaba a funcionar una vez que el ordenador arrancaba. El día de la presentación, al autor de esta idea le bastaron unos pocos minutos para hacerse con el control de otros ordenadores y demostrar que funcionaba.
No obstante, ya en 1982 un adolescente de 15 años, Rich Skrenta, inventó un programa que se duplicaba a sí mismo e infectaba ordenadores Apple II, aunque no se llegó a denominar virus.
No fue ideado con un propósito malicioso, pero sí molesto: cada vez que se arrancaba el disquete que contenía el programa por 50ª vez, el ordenador mostraba en pantalla el mismo mensaje: “Se meterá en todos tus discos. Se infiltrará en todos tus chips. Sí, ¡es el Cloner! Se te adherirá como pegamento. Modificará tu RAM también. ¡Pasa el Cloner!”.
Desde su descubrimiento en los 80 del siglo XX, los virus han proliferado y se han vuelto más sofisticados y perniciosos, dando poder a sus creadores para avasallar con spam, conseguir contraseñas y otros datos informáticos, o robar dinero de las cuentas bancarias del usuario sin su consentimiento.
Los virus se propagan con mayor rapidez que otro tipo de malware –es decir, software malicioso–, afectando a millones de ordenadores en todo el mundo y causando pérdidas económicas billonarias.
(SINC)