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Aficionados, jugadores y entrenadores de baloncesto conocen muy de cerca el término de “la mano caliente”, es decir, días en los que los profesionales de este deporte entran en rachas de buena suerte y consiguen un mayor número de aciertos. El estudio, que ha sido portada del Wall Street Journal y el New York Times, muestra que una racha de buena suerte puede ser explicada matemáticamente.
Liderado por Adam Sanjurjo, del Departamento de Fundamentos de Análisis Económico de la UA, y Joshua Miller, de la Universidad de Bocconi (Milán)
Aficionados, jugadores y entrenadores de baloncesto conocen muy de cerca el término de “la mano caliente”. Es decir, días en los que los profesionales de este deporte entran en rachas de buena suerte y consiguen un mayor número de aciertos.
Durante décadas, distintos investigadores vienen confirmando que las rachas no existen y no son más que una ilusión cognitiva. Pero, recientemente, Adam Sanjurjo, del Departamento de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Alicante y Joshua Miller, de la Universidad de Bocconi (Milán), han publicado un artículo en el que demuestran un resultado matemático que invalida estos análisis estadísticos previos. En el momento que Sanjurjo y Miller realizan su estudio, corrigiendo el sesgo estadístico que implica su descubrimiento, los resultados cambian sorprendentemente. “Hemos demostrado que, en contraste con las anteriores conclusiones, existe una evidencia de que “la mano caliente” es real”, señalan.
Los investigadores dan un ejemplo básico para ilustrar su resultado: un experimento en el que una persona lanza una moneda no trucada al aire cuatro veces seguidas. “Tras anotar los resultados de cada lanzamiento y calcular la proporción de caras que siguen inmediatamente de otra cara, para todas la secuencia de lanzamientos posibles, obtenemos un resultado imprevisto. La proporción esperada de caras que siguen a otra cara no es del 50% como intuitivamente se cree, sino del 40% aproximadamente”, explica el investigador de la Universidad de Alicante, que añade que “lo que señala nuestro resultado es que existe un sesgo”.
“La relación con el dominio del baloncesto es que si observamos que un jugador tiende a encestar la mitad de sus tiros, y su rendimiento es igual en los momentos en que acaba de acertar los tres anteriores, aunque intuitivamente no lo parezca, estadísticamente es una evidencia de que el fenómeno de “la mano caliente” no es un mito”, explica.
Ambos economistas han publicado dos artículos más sobre el estudio de rachas a través de varias bases de datos de lanzamientos. “En todos ellos hemos encontrado una fuerte convicción de “la mano caliente» en distintas condiciones de tiros, y con jugadores que van desde niveles universitarios a semiprofesionales o profesionales”, asegura Sanjurjo.
Tal ha sido el revuelo provocado por esta nueva evidencia científica, que el trabajo de Sanjurjo y Miller ha sido portada del Wall Street Journal (http://www.wsj.com/articles/
Miller, Joshua Benjamin and Sanjurjo, Adam, Surprised by the Gambler’s and Hot Hand Fallacies? A Truth in the Law of Small Numbers (September 15, 2015). IGIER Working Paper #552. Available at SSRN: http://ssrn.com/abstract=2627354 or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.2627354