Por Carmen Báez
México, DF. 1 de diciembre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Con más de 50 años dedicados a la investigación, Francisco Velasco Campos, investigador del Hospital General de México Dr. Eduardo Liceaga (HGM), es hoy un referente internacional en el campo de la neurocirugía funcional. Su sobresaliente trayectoria académica y científica ha sido reconocida en múltiples ocasiones.
El doctor Francisco Velasco se ha destacado en el campo de la neurocirugía funcional y estereotaxia, que estudia y trata padecimientos neurológicos crónicos como la epilepsia, los movimientos involuntarios entre los que se incluyen la enfermedad de Parkinson, el dolor neuropático, la espasticidad y algunos trastornos psiquiátricos como la depresión emocional y los síndromes obsesivos compulsivos.
Como resultado de sus investigaciones experimentales, el nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) ha propuesto sitios cerebrales para interrumpir los circuitos anatómicos, que actúan en forma anormal en dichas enfermedades, a través de electrodos de estimulación cerebral que suprimen los síntomas.
Sentado en su oficina frente al monitor, el investigador del área en Neurocirugía Funcional y Estereotaxia del HGM revisa atentamente un artículo que será enviado pronto a publicación, mientras espera con paciencia la llegada de la Agencia Informativa Conacyt, con quien comparte su historia de éxito, así como las motivaciones que lo impulsaron al estudio de la medicina y, más tarde, a la neurología.
La ciencia, un lazo de familia
Oriundo de la ciudad de México (2 de mayo de 1939), heredó de su padre el interés por la ciencia. Su progenitor, quien fue cofundador del área de Biología en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y profesor de esa unidad, mostró siempre un profundo interés por la biomédica, acto que promovió en sus dos hijos: Francisco y Marcos Velasco Campos.
Por esta razón, los hermanos Velasco Campos encontraron en la ciencia su vocación: ambos estudiaron medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y posteriormente se especializaron en neurología clínica y experimental.
Una vez que terminó la carrera de medicina, Velasco Campos continuó con su formación en Estados Unidos y Canadá, donde surgió su interés por la neurocirugía funcional. A su regreso a México se incorporó en el Departamento de Investigación del Centro Médico Nacional del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), del cual su hermano fue jefe de la División de Neurofisiología.
Durante 15 años en esta área, tuvo la oportunidad de trabajar en modelos experimentales (gatos y monos) de Parkinson y epilepsia. Simultáneamente trabajó durante 30 años en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), pero fue hasta 1972, una vez que se incorporó al HGM como médico consultante externo, que se desempeñó al cien por ciento en el estudio de la epilepsia, dolor, movimientos involuntarios y psicocirugía.
“El doctor Clemente Robles me dio la posibilidad de realizar cirugías aquí (HGM) y fue notable. Los cambios que había visto en los animales se trasladaron automáticamente a los humanos, al principio con mucha precaución porque se trataba de hacer pequeñas lesiones en el cerebro para controlar síntomas como temblor y dolor crónico”, recuerda.
Neuromodulación, el futuro de la neurocirugía
Un logro importante en la carrera del investigador fue en 1985, cuando puso en práctica, junto con un grupo de investigadores, la neuromodulación y la estimulación eléctrica en pacientes, técnicas con las que se han encontrado áreas específicas para interrumpir los síntomas del Parkinson, el temblor y la rigidez.
La neuromodulación es una cirugía de mínima intervención que se aplica en el HGM desde hace más de 30 años para el tratamiento de enfermedades neurológicas crónicas. Actualmente se incorpora el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, síntomas depresivos, compulsivos, bipolares y adicciones.
“La neuromodulación es un campo en la medicina de los de más rápido desarrollo. Creo que es el futuro del campo de la neurocirugía. Nuestro equipo de trabajo propuso y obtuvo una patente en Estados Unidos en la que se explica la existencia de un sistema que liga la corteza cerebral orbitofrontal con el tálamo medial. Si en este sistema estimulamos a alta frecuencia, interferimos con la conducción de las fibras y se obtiene un efecto antidepresivo. Cuando estimulamos a baja frecuencia activamos ese sistema y entonces los pacientes obsesivo compulsivos se calman. Esto viene de estudios que mi hermano Marcos inició en la Universidad de California en los años sesenta y que tardó casi 40 años en concretarse”, explica.
Dijo que las enfermedades que se tratan en la unidad del HGM tienen una gran incidencia, «se calcula que en México hay dos millones de pacientes con epilepsia y, de estos, 40 por ciento no se controla con medicamentos; estamos hablando de miles de posibles candidatos a una intervención quirúrgica, así que hay mucha demanda de este tratamiento”.
Ciencia y arte, sus pasiones
Pianista es la profesión a la que Velasco Campos hubiera querido dedicar su tiempo completo, y es que el neurocientífico asegura que además de la ciencia otra de sus pasiones es tocar el piano. “A veces toco hasta 100 veces una partitura, seguro muchos se preguntarán si no me canso, pero nadie puede hacer lo mismo dos veces. Cada vez que toco una misma partitura hay algo diferente y la capacidad que tenemos los seres humanos de ir perfeccionando lo que hacemos, me gusta”, comenta.
Enamorado de la música clásica y de las composiciones del artista alemán Ludwig van Beethoven, el también miembro de la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM) transmite su pasión a sus seis nietos, con quienes comparte créditos en presentaciones públicas, la última de ellas se realizó en el Conservatorio Nacional de Música.
“Organizo recitales con mis nietos, aunque yo cubro la mayor parte, ellos son muy disciplinados. A todos les he regalado un piano y los usan, tienen interés especial y parece que no les afecta el público, a mí me pone nervioso”, comenta con una tímida sonrisa el también fundador de la Sociedad Latinoamericana de Neurocirugía Funcional y Estereotaxia.
Una vida de reconocimientos
Por sus destacables aportaciones en el campo de la ciencia, en meses recientes la Federación Mundial de Sociedades de Neurocirugía (WFNS, por sus siglas en inglés) otorgó al científico mexicano la Medalla de Honor, un reconocimiento que designa cada cuatrienio a un neurocirujano que haya destacado por su trayectoria y aportaciones a la neurocirugía. Hasta ahora solo dos mexicanos han sido acreedores, el primero en recibirlo fue Manuel Velasco Suárez, fundador del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN).
“Esto ha sido una gran satisfacción. Pienso y comparto esto con mis colegas, porque se trata de una distinción para el área a la que nos dedicamos, que es la neurocirugía funcional y estereotaxia. Es una parte especial de la neurocirugía con técnicas especiales, muy proclive a la investigación anatómica y fisiopatológica del cerebro”, concluye el investigador.
A lo largo de su trayectoria, el investigador ha publicado más de 177 trabajos en revistas de alto impacto, con más de tres mil 500 citas por otros autores. Este es su reconocimiento número 15 en toda su trayectoria, cinco de ellos son premios internacionales.
Además de la investigación, ¿en qué ocupa su tiempo el doctor Velasco Campos?
Como cada mañana, el neurocientífico dedica tiempo al ejercicio. A las 6:30 de la mañana se prepara para salir de casa y llegar al HGM. Algunos días supervisa la clase de neurocirugía de esa institución, así como las actividades quirúrgicas y la revisión de manuscritos científicos. Por la tarde, atiende su consultorio privado. Antes de ir a dormir no olvida el ritual de tocar una partitura para piano.