Con el lanzamiento del informe Estado de los recursos de suelos del mundo (SWSR, sus siglas en inglés), se clausuró oficialmente el Año Internacional de los Suelos (AIS2015). Una de las principales conclusiones que ofrece el reporte indica que la mayor parte de los recursos mundiales de suelos se encuentra en condición mala o muy mala y que las circunstancias empeoran en muchos más casos de los que están mejorando. El 33 por ciento de la tierra se encuentra de moderada a altamente degradada debido a la erosión, salinización, compactación, acidificación y la contaminación química de los suelos.
La clausura de las actividades correspondientes al AIS2015 se llevó a cabo el pasado 4 de diciembre en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, sus siglas en inglés), en Roma, Italia, un día antes del Día Mundial del Suelo. “Los suelos son la base de los sistemas alimentarios. Ellos son fundamentales para lograr la seguridad alimentaria y la nutrición. Solamente los suelos saludables producen alimentos sanos con el mayor valor nutricional posible. También contribuyen a la purificación y almacenamiento de agua”, aseguró el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en un mensaje que fue transmitido durante el evento.
El reporte fue elaborado por el grupo técnico intergubernamental sobre los suelos de FAO, en el que se reunió el trabajo de unos 200 científicos del suelo de 60 países, incluido México, y conforma un llamado a toda la humanidad, “porque estamos perdiendo la oportunidad de conservar la vida en el planeta”, sostuvo Laura Bertha Reyes Sánchez, presidenta del Pilar 2: “Educación, concientización, extensión e inversión” para la Alianza Regional por el Suelo para Centro América, México y el Caribe de la FAO.
De acuerdo con el informe, las principales amenazas del suelo que se detectaron fueron: erosión, pérdida de carbono orgánico, desequilibrio de nutrientes, acidificación del suelo, contaminación, anegamiento, compactación del suelo, sellado, salinización y pérdida de la biodiversidad del suelo.
La solución que se propone en el reporte se centra en el manejo sostenible del suelo, el cual requiere la elevada participación de las partes interesadas, un amplio espectro que va desde los gobiernos hasta los pequeños agricultores y de toda la sociedad mundial en general.
En el reporte se identificaron cuatro prioridades para la acción: Minimizar una mayor degradación de los suelos y restaurar la productividad de los suelos que ya están degradados en las regiones donde las personas son más vulnerables; estabilizar las reservas mundiales de materia orgánica del suelo, incluyendo tanto el carbono orgánico del suelo como los organismos del suelo; estabilizar o reducir el consumo mundial de fertilizantes con nitrógeno y fósforo, además de aumentar el uso de fertilizantes en las regiones con déficit de nutrientes; y, mejorar el conocimiento sobre el estado y la tendencia de las condiciones del suelo.
Añade que estas acciones necesitan ser apoyadas por políticas bien orientadas para el desarrollo de sistemas de información de suelos para monitorear y prever los cambios del suelo, aumento de la educación y sensibilización en el ámbito del suelo, inversión en desarrollo de la investigación y extensión, introducción de una regulación y de incentivos apropiados y efectivos, apoyo al logro de la seguridad alimentaria a nivel local, regional e internacional, teniendo en cuenta los recursos de suelo de los países y su capacidad para gestionarlos de forma sostenible, entre otros.
Algunos datos del informe
La erosión provoca la pérdida de 25 000 a 40 000 millones de toneladas de la capa arable del suelo cada año, lo que reduce los rendimientos de los cultivos y la capacidad del suelo para almacenar y completar el ciclo del carbono, los nutrientes y el agua.
Es decir, si no se toman medidas para reducir la erosión, las proyecciones indican una reducción de producción de más de 253 millones de toneladas en 2050. Esta pérdida de rendimiento sería equivalente a eliminar 1,5 millones de kilómetros cuadrados de tierras agrícolas, o aproximadamente toda la tierra cultivable en la India.
La acumulación de sales en el suelo reduce el rendimiento de las cosechas y puede eliminar por completo la producción agrícola. La salinización provocada por la actividad humana afecta a unos 760 000 kilómetros cuadrados de tierras en todo el mundo, un área más grande que toda la superficie cultivable en Brasil.
Actividades en México
El pasado 17 de agosto, en el marco del Año Internacional del Suelo y de la Alianza Mundial por el Suelo, la Universidad Nacional Autónoma de México impulsó la constitución de la “Alianza Nacional por el Suelo en beneficio de la sociedad y del ambiente”, con la participación de la Academia Mexicana de Ciencias, la Academia de Ingeniería y la Sociedad Latinoamericana de la Ciencia del Suelo.
Y para crear conciencia sobre la importancia de conservar y proteger el recurso suelo, académicos de diferentes instituciones educativas del país dedicados al estudio del suelo se reunieron para discutir posibles acciones para su conservación y su uso sustentable. Es así que durante el año se realizaron más de una decena de eventos: concursos, talleres, simposios, conferencias magistrales, presentaciones de libros, coloquios, etcétera.
Instituciones como la UNAM en sus muy diversas dependencias, el Colegio de Posgraduados, el INECOL y la UAM; además de centros de investigación, dependencias gubernamentales, entre ellas Semarnat y Sagarpa, así como asociaciones y estudiantes fueron parte de los eventos realizados en el país.
De acuerdo con Laura Bertha Reyes Sánchez, existe una Agenda Regional para Centroamérica, México y el Caribe que está aprobada para los siguientes cinco años, cuenta con presupuesto, y tiene definidos cuatro retos y cinco pilares de acción sobre el recurso suelo.
Uno de los principales logros de esta Alianza Regional es el Plan de Implementación Regional, aprobado por el Comité Directivo Regional en la Habana, Cuba en junio de 2015. El objetivo general es proponer actividades concretas para ser ejecutadas por la Alianza Regional durante el periodo 2015-2019, basadas en las prioridades identificadas y compartidas por los países participantes y los planes de acción de los pilares de la Alianza Mundial por el Suelo dirigidos a preservar el recurso suelo en el mundo.
AMC/Con información de la FAO.