El cáncer, que se define como el crecimiento descontrolado de células anormales en el cuerpo, es uno de los principales problemas de salud que causan morbilidad y mortalidad en todo el mundo. En 2012 este padecimiento provocó la muerte de más de ocho millones de personas. De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en los próximos 20 años el número de nuevos casos aumente a 70 por ciento, aproximadamente.
Con el objetivo de reducir el número de muertes evitables por esta condición y aumentar la conciencia sobre esta enfermedad, la Unión Internacional para el Control del Cáncer (UICC, por sus siglas en inglés) y el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer establecieron el 4 de febrero como el Día Mundial contra el Cáncer.
Panorama nacional
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2013 la morbilidad hospitalaria por tumores malignos en mujeres y hombres mayores de 20 años fue cáncer de órganos hematopoyéticos, con mayor prevalencia en mujeres. Por tanto, para otros tipos de cáncer la prevalencia es superior en varones.
Este padecimiento involucra más de cien tipos, siendo el de mama el más frecuente en población femenina (afecta a 35 mujeres mexicanas de cada cien mil); mientras que en los varones el de próstata es el más común y afecta a 27 de cada cien mil, según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En el contexto del Día Mundial contra el Cáncer, y bajo el lema de este año, «Nosotros podemos. Yo puedo», la Agencia Informativa Conacyt presenta un recuento que documenta los esfuerzos de la comunidad científica mexicana, encaminados a la prevención, tratamiento y cura de este padecimiento, desarrollados en el último año.
Estrategias para prevenir el cáncer
En 2011, especialistas del Instituto Nacional de Cancerología establecieron el Programa de Cáncer de Ovario con la idea de implementar un programa de educación continua para los especialistas, generar conocimiento científico mediante el fortalecimiento de la investigación clínica, epidemiológica, genética y de medicina traslacional, por mencionar algunos.
El programa liderado por la investigadora María de los Dolores Gallardo Rincón tiene contemplado desarrollar biomarcadores en los que, por medio de una muestra de sangre, se reconozca el riesgo de desarrollar cáncer de ovario y con ello prevenirlo.
Algo similar es el trabajo de la investigadora del Instituto de Medicina Forense de la Universidad Veracruzana (UV), Ana Laura Calderón Garcidueñas, quien antepone la prevención como la estrategia más fácil para combatir el cáncer.
La investigadora en ciencias, biología celular y genética trabaja en el desarrollo de estrategias educativas que permitan mejorar el conocimiento sobre la prevención de dos de los principales tipos de cáncer que afectan a la población femenina: de mama y cervicouterino, entre estudiantes de secundaria.
El objetivo de este proyecto, el cual recibió financiamiento del Fondo Sectorial de Investigación en Salud y Seguridad Social, consiste en brindar a los jóvenes, tanto hombres como mujeres, herramientas educativas para que puedan tomar decisiones adecuadas y puedan ser promotores de la salud.
Debido a que el cáncer cervicouterino es el segundo más frecuente en mujeres mexicanas y la tercera causa de muerte en todo el mundo, investigadores del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Monterrey, desarrollaron un dispositivo médico portátil para la detección temprana de este tipo de cáncer.
Se trata de un aparato portátil, semejante a la figura de una pistola, que conjunta dos tecnologías (medición óptica y eléctrica) para realizar el diagnóstico en el momento, con un nivel de confiabilidad de 85 por ciento, mayor a 70 por ciento que aporta el método de citología vaginal. Para utilizarse, el aparato debe calibrarse por 15 segundos para luego colocar el consumible e introducir la punta vía vaginal.
Detección temprana
Con el objetivo de prevenir y detectar el cáncer de mama, el investigador Aurelio Flores García, de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), desarrolló un biomarcador para la detección oportuna de este tipo de neoplasia con mucosa bucal.
El trabajo de Flores García consiste en tomar una muestra de células exfoliadas de mucosa bucal por medio de un portaobjetos de bordes romos para luego realizar un frotis (muestra la cantidad y los tipos de glóbulos blancos sanguíneos) que se fija con etanol, después se hace una tinción con naranja de acridina, para luego hacer un conteo de micronúcleos en un microscopio de fluorescencia.
Un paciente con un número elevado de micronúcleos (fragmentos de cromosomas) podría tener un riesgo potencial de desarrollar cáncer de mama, por lo que esta técnica podría permitir la detección oportuna a un costo viable para la población en los próximos años.
En este camino también trabajan jóvenes del Centro de Tecnología e Innovación (Ctin), quienes desarrollan una aplicación para dispositivos o computadoras capaz de identificar la presencia de tumores.
A través del análisis de imágenes capturadas por una cámara infrarroja que muestra los patrones de calor y flujo sanguíneo, Thermy, nombre del desarrollo, detecta el crecimiento de tumores. Se trata de un desarrollo no invasivo capaz de realizar un diagnóstico oportuno y con amplia oportunidad de utilizarse en cualquier lugar.
La genómica en el tratamiento contra el cáncer
El análisis del genoma es uno de los proyectos científicos de gran relevancia para guiar el tratamiento de los cánceres. En México, el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) realiza investigación enfocada en encontrar terapias dirigidas al tipo de cáncer de cada paciente.
La doctora Carmen Aláez Verson realiza un proyecto de secuenciación masiva de 54 genes involucrados en el proceso de neoplasias hematológicas. El estudio permitirá conocer las características genéticas de la población mexicana, determinar mutaciones génicas y brindar consejo genético ante el síndrome de cáncer en las familias, y es que ciertos tipos de neoplasias pueden darse en familias por un gen anormal transmitiéndose de una generación a otra.
Adicionalmente, investigadores del Laboratorio de Diferenciación Celular del Instituto Nacional de Pediatría (INP) desarrollaron un estudio para tratar de identificar las causas biológicas de la incidencia elevada de leucemia linfoblástica aguda en niños hispanos, el tipo de cáncer más frecuente en la población infantil. Uno de los objetivos es analizar las variantes genéticas en el gen ARID5B asociadas con la susceptibilidad a este padecimiento en niños del sur y suroeste mexicano.
Hasta ahora los investigadores observaron que el gen ARID5B, el cual expresa los alelos CC homocigoto, podría estar asociado con la susceptibilidad a desarrollar este trastorno en población de América Latina.
Nuevas alternativas para el tratamiento del cáncer
Uno de los tratamientos alternativos más novedosos es la terapia de protones, un tipo de radiación utilizada para tratar el cáncer. En la actualidad son pocas las instituciones internacionales que ofrecen terapia con protones para contrarrestar el cáncer.
Este año la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) pretende iniciar la construcción del Centro de Excelencia en Física Médica Nuclear (CEFMN) y con ello atacar con tecnología de punta este padecimiento.
La terapia de protones ha mostrado su efectividad en casi 90 por ciento de los pacientes con tumores cancerígenos. Por ahora, se ha calificado como una excelente opción para tratar cánceres de pulmón, próstata, mama y aquellos cercanos a otros tejidos vitales y delicados, y es que en comparación con tratamientos tradicionales, en los que la radiación penetra el cuerpo con mucha energía, afectando el tumor y todos los tejidos que se encuentra a su paso, esta técnica deposita la radiación solo en el área que se requiere, evitando que se dañen significativamente los tejidos sanos.