Janet Cacelín
Al pensar en la problemática de la escasez de agua potable que viven día a día los pobladores rurales del estado de Tabasco, tres estudiantes del Instituto Tecnológico de Villahermosa (ITVH) desarrollaron un proyecto para enseñar a los habitantes a construir su propia potabilizadora de agua a partir de procesos químicos y utensilios domésticos.
El proyecto de Irving Iroel Magaña Olivé, Ángel Mario Lemus Bonilla y Ángel Gustavo Santoyo Ramírez, todos de 23 años, liderados por su asesor, el ingeniero Gaspar Gómez Sáenz, surgió de la necesidad que tienen muchas personas al no contar con agua potable como un servicio público y por la mala calidad del líquido que se consume directamente de las fuentes de agua dulce que tienen cerca, llamadas también aguas rurales.
“Existe un riesgo si esa agua no se potabiliza. Con la contaminación, el agua de los ríos y pozos arrastra ciertas partículas sólidas que dañan nuestro organismo y afectan nuestra calidad de vida. Bajo estos estatutos hicimos nuestro diseño innovador para enseñar a estas personas a potabilizar el agua por medio de la construcción de una planta rústica de acero inoxidable y por medio de un proceso en el que se utiliza sulfato de aluminio, carbonato de calcio y un hipoclorito de sodio que es el cloro común”, relató Irving Iroel en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.
El proyecto titulado Diseño innovador de una planta potabilizadora de agua rural fue presentado en la ExpoCiencias Tabasco 2015, y elegido para participar en la ExpoCiencias Latinoamericana ESI Amlat 2016, celebrada recientemente en la ciudad de Mazatlán, en la que se reúnen los mejores proyectos de América Latina.
Agua potable al alcance de todos
Cuatro cubetas de plástico, mangueras, madera y llaves son suficiente para construir la planta, además de un método químico que requiere de coagulantes, floculantes y cloro, para que el agua sea purificada con la calidad requerida de acuerdo con la norma NOM-127-SSA1-1994.
“Bajo estas tres soluciones de tres reactivos, nosotros hacemos una prueba en las jarras que nos indica qué cantidad de reactivo, según el agua que vayamos a tratar, vamos a utilizar para poder potabilizar en un mezclador de 110 litros”, relata Irving Iroel.
Posteriormente, el agua pasa por un sedimentador que es donde se expulsan las partículas sólidas más grandes. De acuerdo con Irving, la cal ayuda a que estas partículas se vuelvan más pesadas y el sulfato de aluminio favorece a que esos desechos se vuelvan una masa gelatinosa y no puedan mezclarse.
Después el agua pasa a un filtro de arena que se encarga de retener las partículas sólidas que quedaron suspendidas en el agua. El último filtro se encarga de absorber el cloro que se utilizó al inicio.
La planta potabilizadora que construyó el equipo es de 110 litros y tarda aproximadamente 20 minutos en finalizar el proceso; no obstante, la que enseñan a elaborar en las comunidades rurales es de 20 litros, por lo que el proceso tarda solo de cuatro a cinco minutos, según explicó el ingeniero Gaspar Gómez a la Agencia Informativa Conacyt.
Ciudad de México (Agencia Informativa Conacyt)