La migraña es uno de los trastornos neurológicos más comunes y afecta a una de cada siete personas en todo el mundo. Dolorosa e incapacitante, tiene un origen multifactorial ya que participan factores ambientales desencadenantes y varios genes alterados en cada individuo. Hasta ahora, se conocían 13 genes relacionados con la migraña común.
Ahora, un estudio publicado en la revista Nature Genetics confirma la contribución de diez de estos genes conocidos y añade 28 más a la lista de candidatos. En este trabajo internacional, centrado en el análisis de variantes genéticas de la migraña frecuentes en la población, participan Bru Cormand y su colaboradora Cèlia Sintas, del departamento de Genética, Microbiología y Estadística y el Instituto de Biomedicina de la UB (IBUB).
Solo una minoría de las personas afectadas por la migraña recibe diagnóstico y tratamiento apropiados. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta patología tiene un gran impacto en la salud pública y es la sexta causa global de discapacidad en el mundo. Atendiendo a la expresión fenotípica, la patología se define con los criterios diagnósticos de la Sociedad Internacional de Cefaleas (IHS).
Solo una minoría de las personas afectadas por la migraña recibe diagnóstico y tratamiento apropiados
El nuevo estudio amplía el alcance del paisaje genético de la migraña con la identificación de cerca de 40 genes de susceptibilidad a la enfermedad. Además, los expertos han identificado por primera vez un factor genético de riesgo en el cromosoma sexual X, un hallazgo de gran interés biomédico, puesto que la migraña es más prevalente en mujeres que en hombres.
Este estudio multicéntrico de asociación a escala genómica —el más ambicioso realizado hasta ahora— se ha llevado a cabo con 59.674 pacientes con esta patología y 316.078 individuos control. La escala del trabajo ha permitido detectar variantes genéticas que realizan una contribución individual pequeña al fenotipo, pero que combinadas pueden tener un papel muy relevante en el desarrollo de la patología.
Una patología bastante desconocida y subestimada
Tal como explica Bru Cormand, “la gran novedad de este estudio es el enorme tamaño muestral: cerca de 400.000 individuos entre casos y controles, de los que unos 60.000 son sujetos con migraña”. “Eso da una gran fiabilidad a los resultados obtenidos”, señala el experto, que es miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) y el Instituto de Investigación Pediátrica-Hospital Sant Joan de Déu (IRP-HSJD).
El nuevo trabajo contribuye a definir con mayor precisión los factores genéticos que predisponen a la migraña mediante estudios de asociación caso-control a escala genómica (GWAS). Se trata de una metodología que permite identificar variantes genéticas comunes de riesgo a gran escala (es decir, aquellas que presentan una mayor frecuencia en el grupo de pacientes que en los controles).
El estudio ha sido dirigido por los expertos Ben Neale (Instituto Broad, Boston), Jes Olesen (Universidad de Copenhague), Daniel Chasman (Escuela de Medicina de Harvard, Boston), Dale Nyholt (Universidad Tecnológica de Queensland, Australia) y Aarno Palotie (Instituto Broad, Boston), que es el coordinador del Consorcio Internacional de Genética de las Cefaleas (IHGC). El nodo catalán del consorcio está integrado por expertos del Hospital Vall d’Hebron y de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, un equipo que ya ha colaborado con el consorcio para identificar otros genes de susceptibilidad a la migraña (Nature Genetics, 2012).
La migraña es uno de los trastornos neurológicos más comunes y afecta a una de cada siete personas en todo el mundo
Las disfunciones vasculares, en la diana de la migraña
Aún no hay consenso científico sobre el origen de la migraña como disfunción vascular o neuronal que causa efectos vasculares de forma secundaria. Según el nuevo estudio, la hipótesis vascular cobraría protagonismo en la etiología de la enfermedad.
“La mayoría de los factores genéticos de riesgo identificados tienen relación con funciones vasculares o con la musculatura lisa —de contracción no voluntaria— como la que rodea los vasos sanguíneos”, subraya el profesor Cormand.
“Por lo tanto, aunque no se descartan los mecanismos neuronales en la migraña —algunos de los genes identificados son activos específicamente en el cerebro—, parece que la patología tendría causas principalmente vasculares”, apunta.
Migraña con aura versus sin aura
El estudio se centra en las formas más prevalentes de migraña: la migraña sin aura (la más frecuente, con episodios de cefaleas asociados a náuseas o hipersensibilidad a la luz y los sonidos) y la migraña con aura, que va acompañada de alteraciones visuales, debilidad, etc., además de los síntomas similares a los episodios sin aura.
“Estudiando por separado a los individuos con migraña con aura y los que sufren migraña sin aura, solo se observan factores genéticos de riesgo significativos en el segundo tipo. En el caso de la migraña con aura, no se detecta ningún factor genético de riesgo significativo, pero eso podría deberse a un problema de tamaño muestral o de diseño del estudio, ya que solo se han estudiado las alteraciones genéticas frecuentes, y las raras también podrían tener un papel importante”, detalla Cormand.
El nuevo trabajo internacional se centra en definir el paisaje genético de la migraña común, sin hacer énfasis aún en el desarrollo de nuevas terapias. “Sin embargo —concluye Cormand—, el hecho de que muchos de los genes identificados tengan en común su papel en la función vascular marca una vía clara de investigación clínica”.
Referencia bibliográfica:
Meta-analysis of 375,000 individuals identifies 38 susceptibility loci for migraine
http://www.nature.com/ng/journal/vaop/ncurrent/full/ng.3598.html