La leche materna es el único alimento que un bebé necesita en los primeros seis meses de vida, ya que sus componentes le proporcionan la energía y los nutrientes requeridos, promueve su desarrollo sensorial y cognitivo, además de protegerlo de enfermedades infecciosas y crónicas.
Cada año, del 1 al 7 de agosto se celebra en más de 170 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef), con el propósito de fomentar la lactancia natural, pues se ha comprobado que reduce la mortalidad infantil y tiene beneficios sanitarios que llegan hasta la edad adulta.
En México, la lactancia materna ha disminuido en las últimas décadas. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2012) detalla que su práctica pasó de 22.3 por ciento a 13.4 por ciento en zonas urbanas, y de 36.9 a 18.5 por ciento a escala rural, de 2006 a 2012.
Además los datos muestran que 94 por ciento de los bebés mexicanos ha lactado alguna vez, pero menos de la mitad ha sido puesto al seno materno durante la primera hora de vida. En tanto que la lactancia exclusiva aumentó en mujeres que tenían más de 12 años de escolaridad y que viven en la región norte del país.
Investigación
Son múltiples los factores socioculturales y económicos que intervienen en que las madres no amamantan o dejan de hacerlo. En nuestro país, el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) desde la década de los 80 ha estudiado las tendencias en la lactancia materna en Sonora.
A través de diversos proyectos, sus investigadores han analizado los patrones de alimentación infantil en distintos niveles socioeconómicos, así como las razones por las cuales las mujeres lactan a sus hijos.
En el estudio Lactancia materna: un análisis de las tendencias recientes en Hermosillo, Sonora (1986-1996) se compararon los patrones de alimentación de bebés. Las encuestas mostraron que los porcentajes de lactancia materna exclusiva aumentaron, la lactancia con fórmula disminuyó, tal y como ocurrió con la lactancia mixta y el uso de leche entera.
El retiro de fórmulas lácteas gratuitas por parte de las instituciones de salud pública y el impulso a la promoción de la lactancia materna pudieron explicar su incremento, consigna el proyecto del CIAD.
Otro estudio, encabezado por las doctoras Ana María Calderón de la Barca y Adriana Bolaños Villar, presenta los factores que influyen en el amamantamiento. Para ello diseñaron y evaluaron materiales de consejería apropiados para promover el inicio y mantenimiento de la lactancia materna.
A través del seguimiento a un grupo de 91 madres sonorenses durante cinco meses (desde su egreso hospitalario posparto), registraron los motivos por los que se abandonó parcial o totalmente el amamantamiento.
Observaron que la percepción de no saciar el apetito del niño y de producir insuficiente cantidad de leche, así como problemas o dolor en senos o pezones, fueron los principales motivos para dejar de alimentar con leche materna a sus hijos.
Se destaca que a raíz de la percepción de no satisfacer el hambre del bebé, aun cuando algunas dijeron producir suficiente leche, decidieron combinar la lactancia materna con fórmula porque “el niño comía mucho, lloraba o pedía a cada rato”.
Otras mujeres dijeron suspender la lactancia o hacerlo parcialmente por la aparición de grietas en los pechos, porque parecían congestionados o tenían pezones planos o invertidos.
Además, con una incidencia menor, algunas de las participantes en el estudio dijeron que las razones fueron el rechazo del lactante al pecho materno, la necesidad de regresar a trabajar o estudiar y enfermedades del niño o de la madre, así como que el bebé se acostumbró a la fórmula láctea.
Y aunque se han documentado los beneficios de la leche materna, algunas mencionaron argumentos como la imposibilidad de hacerlo por salir a la calle, la actividad y el llanto nocturno del bebé; incluso una adolescente dijo que dejó de amamantar porque “sufrió un susto” y la abuela le dijo que su leche enfermaría al hijo.
Programas de promoción
A raíz de la identificación de los principales problemas, se desarrollaron materiales de promoción sencillos, como tarjetones ilustrados, con el propósito de informar a las madres.
El grupo de investigación considera que los programas de salud pública que incluyan el concepto de leche materna y el apoyo a las madres con recomendaciones sencillas son esenciales, así como que no se les proporcione fórmula infantil en los hospitales y centros de salud.
El Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, impulsado por la OMS y la Unicef, enlista recomendaciones para controlar las prácticas comerciales de fórmulas infantiles y otros productos sustitutos parciales o totales de la leche materna.
Entre las recomendaciones que se hace a los países que lo han adoptado destaca no anunciar sucedáneos de la leche materna, biberones ni tetinas, no obsequiar muestras gratuitas a las madres ni a los trabajadores de la salud, no realizar promociones en los sistemas de salud, ni ofrecerlos gratuitamente o a bajo costo.
Además se recomienda no utilizar fotografías de bebés ni palabras que idealicen la alimentación artificial en las etiquetas de los productos, mientras que en ellas se debe explicar los beneficios y superioridad de la lactancia materna y alertar sobre los peligros relacionados con la alimentación artificial.