Los Juegos Olímpicos Río 2016 siguen su curso, y con ocho competidores el contingente de esgrima es el más grande que el país ha tenido en este deporte desde 1968. Pero la situación de la esgrima en México era muy diferente apenas hace dos justas olímpicas, cuando Angélica Larios Delgado logró la clasificación como única representante en un deporte en el que no se había logrado un solo clasificado en más de 20 años.
Desde niña, Angélica desarrolló una fuerte curiosidad por la conducta humana, al igual que un peculiar gusto por las espadas. Este interés por descifrar la caja de Pandora del comportamiento humano, aunado a su carácter competitivo, la condujo por dos caminos: la psicología y la esgrima de alto rendimiento. Actividades que podrían parecer disímiles, pero que ella conjuntó perfectamente al dedicarse a la psicología del deporte.
“Desde chiquita fui bastante curiosa, siempre me preguntaba por qué las personas actuaban de una u otra forma. Incluso desde mi etapa infantil, quería saber por qué a pesar de que un niño no quería jugar en cierto momento, cuando se le preguntaba respondía que sí. Me preguntaba por qué si la guerra es mala la gente está allí, matándose”, comenta la psicóloga.
En cuanto a su pasión por la esgrima, cuenta que desde niña le gustaban todas las películas y caricaturas que tuvieran espadas, incluso prefería las espadas sobre todos los juguetes. Así que al ver por primera vez la esgrima, en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, supo que ese deporte era para ella.
Estas dos grandes vocaciones llevaron a Angélica a estudiar la licenciatura en psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y a dedicarse a la esgrima competitiva con miras a lograr una participación olímpica.
Pero la combinación del mundo deportivo con el académico no es algo fácil, ambos requieren de una dedicación y una inversión enorme de tiempo y recursos. Por ello, antes de embarcarse en la clasificación olímpica, la esgrimista decidió tomarse un sabático para terminar sus estudios.
“Toda mi carrera estuve en un laboratorio de investigación y, de hecho, acabando la licenciatura intenté entrar al doctorado. Pero ellos sabían que yo estaba en preparación y me dijeron: ‘No, no nos mientas; tú no te vas a dedicar a esto, tú estás metida en la clasificación olímpica’”, narra la esgrimista.
Después de esto, Angélica Larios se dedicó completamente a buscar un puesto en la justa olímpica y lo logró. Asistió a las olimpiadas de Beijing 2008 en la especialidad de sable, como la única competidora mexicana de esgrima.
Sacrificar todo por un momento efímero
«La vida de un deportista de alto rendimiento no es fácil, existe mucho sacrificio físico, emocional y monetario. La inversión que debe hacerse para entrenar la mente y el cuerpo es una inversión de alto riesgo, pues el atleta tiene un sueño que va contra todas las probabilidades: asistir a unos Juegos Olímpicos», comenta la esgrimista.
“A mí me pasó, cuando yo decía: ‘Quiero ir a unos Juegos Olímpicos’, todos me decían que era imposible. Así, literal: ‘Es imposible, no pierdas tu tiempo’. Y efectivamente fue muchísimo lo que tuve que invertir y hacer para poder lograrlo. Pareciera casi irreal todo lo que un deportista hace para lograr una participación olímpica, un resultado, incluso una medalla, pues lo que al final recibe sí es la medalla y la alegría, pero si lo analizamos, descubrimos que en realidad es un momento muy efímero”.
A Angélica Larios le cuesta trabajo explicar el porqué un deportista realiza tantos sacrificios por llegar a un instante etéreo. Y comenta cómo muchos de sus compañeros y ella misma desde muy pequeños tienen actitudes bastante competitivas que se van estimulando según su contexto de desarrollo.
“A muchos les gusta esta parte instintiva de dar más, de correr más, de alcanzar el máximo, podría decir que de supervivencia, lo cual está en la genética. La biología misma es competitiva, el más apto sobrevive, la adaptación está presente en cada ser viviente y el medio ayuda a que se desarrolle”.
La atleta reconoce que lograr algo que nadie más ha logrado, el hecho de sentir que se alcanza un logro gracias al esfuerzo y sacrificio propio es otra motivación fortísima. Para ella, haber clasificado a Juegos Olímpicos cuando México tenía más de 20 años de no mandar esgrimistas a la justa, pagó todo el esfuerzo.
Angélica Larios considera que sus conocimientos en psicología del deporte y en ciencias de la salud le ayudaron a lograr su clasificación olímpica, pues cuando fue diagnosticada con artritis reumatoide y artritis psoriásica pudo reponerse gracias a su experiencia con los procesos de rehabilitación física y mental. La esgrimista comenta que la mayoría de las personas no conoce estas historias detrás de cada atleta de alto rendimiento.
El regreso a la academia
Ante la imposibilidad de cursar su doctorado mientras se preparaba para los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, Angélica Larios decidió cursar a distancia la maestría en psicología del deporte, en la Universidad de Educación a Distancia de Madrid.
Y para 2012, año en que tenía decidido terminar su carrera atlética, decidió volver al camino de la academia y la investigación. Desoxidó sus conocimientos en psicología e ingresó al doctorado en análisis experimental de la conducta en la Facultad de Psicología de la UNAM, del que actualmente cursa el quinto semestre.
Simulador virtual para analizar la toma de decisiones en esgrimistas de élite
Como proyecto de investigación del doctorado, Angélica trabaja en un simulador de realidad virtual que le permita analizar el proceso de toma de decisiones, la capacidad de anticipación y la respuesta motora de esgrimistas de alto rendimiento y esgrimistas novatos.
Para ello, la psicóloga del deporte realizó un convenio de investigación con la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGCTIC) de la UNAM, en donde se encuentra el observatorio de realidad virtual Ixtli y un grupo de trabajo dirigido por su hermano José Larios Delgado, programador de la dirección, quien está a cargo del desarrollo del programa.
Una de las dificultades que se presentó para la realización del proyecto fue la falta de equipo para hacer análisis biomecánicos a los deportistas. Estos equipos son caros y escasos en el país, y la universidad no cuenta con ellos. Pero la esgrimista narra que en la DGCTIC encontraron una solución práctica al problema: utilizar sensores de movimiento que se consiguen en el mercado como los de las consolas de Xbox o Playstation.
Esto, aunque no le brindará la misma precisión que los equipos sofisticados, ayudará a integrar datos de la respuesta biomecánica de los deportistas con los elementos psicológicos que componen el desempeño.
Diferencias entre novatos y expertos
Una vez recabados los datos, Angélica Larios planea utilizar modelos avanzados de probabilidad utilizando el análisis de toma de decisiones mediante la teoría bayesiana.
El modelo bayesiano permite incorporar como variable de medición el conocimiento previo que los individuos tienen sobre la situación que enfrentan. Que en el contexto del proyecto se referiría a qué tanto conoce un esgrimista a su contrincante.
“En términos reales se refiere a cuántas veces el esgrimista ha competido contra cuántos sujetos. Lo que le permite analizar: de 10 veces que sucede esto, él responde seis o siete veces con esta acción”, detalla la psicóloga.
A la variable de información previa que posee el atleta, se le añade la actualización en el momento. Variable que le permite al atleta percibir detalles, analizar la situación y tomar decisiones rápidas, basadas justamente en el momento.
“Cuando estás ejecutando la acción digamos que tienes tu plan maestro con base en lo que conoces, pero sobre la marcha haces modificaciones en tiempo real con estas micropercepciones —por así llamarlo— de movimientos y de gestos, que evidencian una u otra acción. Estas dos fuentes de información de alguna forma están interactuando en el momento de la ejecución”.
Además, a estas variables se les añade la información de la velocidad de reacción y los sobreentrenamientos perceptuales, que se refiere a qué tan mecanizada tiene un deportista las posturas, los movimientos, las técnicas y tácticas, con base en entrenarlas continuamente.
Al incorporar todos estos datos, Angélica Larios analizará cómo es que los deportistas de alto nivel llegan a una toma de decisiones óptima —apegada a los modelos racionales de decisión— y tratará de observar cómo se da un degradado hasta llegar al tipo de decisiones tomadas por los novatos.
Para el desarrollo de la investigación, existe un acuerdo con la Federación Mexicana de Esgrima para poder obtener la información de los deportistas de más alto nivel en el país. Angélica Larios también está analizando la posibilidad de incluir al equipo de los Estados Unidos, pues la modalidad de sable es una especialidad emergente en México. El grupo de análisis para los deportistas novatos se realizará con la participación de estudiantes de la UNAM y diversos clubes de esgrima de la Ciudad de México.
El trabajo de psicología del deporte en la UNAM
Angélica Larios también es coordinadora del Departamento de Psicología de la Dirección General del Deporte Universitario de la UNAM, en donde se ha enfocado en dar apoyo a los atletas de equipos representativos que participan en la universidad nacional.
Mediante la captación de estudiantes de servicio social, a quienes se capacita en psicología del deporte, se trabajan los aspectos de motivación, control de estrés, autoconfianza y atención de los integrantes de los equipos competitivos de voleibol, basquetbol, futbol, yudo y demás equipos que muestran interés en desarrollar herramientas psicológicas que ayuden al desempeño deportivo de sus atletas.
Pero actualmente, por el problema de sedentarismo, obesidad e inactividad en el país, el rector y todas las facultades y direcciones de la universidad buscan centrar la atención en la activación física. Es por esto que el Departamento de Psicología del Deporte está buscando una reorientación, con el fin de ampliar la atención enfocada en el deporte recreacional y amateur.
“La gente que ya está en un nivel competitivo o dentro del alto rendimiento ya no tiene que hacer actividad física, pero estamos hablando de cinco, máximo diez por ciento de la población. El problema es el resto de la población que no hace actividad. Para ellos, la Facultad de Psicología está desarrollando un programa que atiende el área de adherencia al ejercicio”, detalla la psicóloga.
La psicóloga del deporte aceptará el trabajo que implica esta nueva orientación en el Departamento de Psicología del Deporte de la UNAM y continuará trabajando en su proyecto de realidad virtual, que planea esté perfeccionado en un año más.