En la región de las altas montañas, hacia el centro de Veracruz, se encuentra Zongolica, un municipio regido aún por algunos usos y costumbres indígenas; no obstante, muchos otros han comenzado a diluirse con el paso del tiempo.
Entre esos usos y costumbres se encuentra la gastronomía, ya que la región se caracteriza por el consumo de insectos. Aunque esa tradición persiste, comienza a perderse y ello se debe a que el conocimiento se va disipando con el paso generacional, pero también a que la existencia de algunos insectos se ha visto amenazada.
Algunos de esos insectos son las llamadas popotocas, es decir, larvas de polillas comestibles. Entre esas larvas se encuentran algunas especies endémicas, e incluso algunas de las que no se tenía registro en la literatura científica a nivel mundial.
En ese contexto, el biólogo Héctor David Jimeno Sevilla se dio a la tarea de investigar la situación de las popotocas en la región, trabajo que comenzó desde la identificación de las especies, estudio de sus poblaciones, pasando por su caracterización —descripción—, hasta la implementación de una estrategia para preservarlas y fomentar su consumo.
Héctor David Jimeno Sevilla, quien es profesor investigador del Instituto Tecnológico Superior de Zongolica (ITSZ), explicó a detalle el proyecto que encabeza para optimizar la reproducción de las popotocas (preservarlas), describir las nuevas especies descubiertas y fomentar su consumo sustentable.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿En qué consiste el proyecto?
Héctor David Jimeno Sevilla (HDJS): Se trata de un trabajo sobre «silvoentomofagia», término que acuñamos para denominar la producción de árboles para obtener proteína de insectos de primera calidad y para lograr la preservación de las popotocas.
Antes de explicar a detalle de qué se trata, quiero recordar que estamos en la Sierra de Zongolica, una región náhuatl, uno de los lugares de todo México donde más se consume insectos y, por ende, a nivel mundial.
Ante ello, nuestro objetivo general radica en la creación de un sistema de producción para estos insectos que son muy valorados por los pobladores de la región y que incluso forman parte de sus tradiciones gastronómicas.
AIC: ¿Cuál es el grado de avance del proyecto, qué trabajo han realizado hasta ahora?
HDJS: Comenzamos con una investigación a nivel ciencia básica en torno a las popotocas, derivado de la cual identificamos que hay muy poco conocimiento reportado en la literatura científica. De hecho, se sabe que existen estos insectos y que son consumidos en algunas regiones, solo eso.
Hay muy pocos estudios respecto al manejo de los insectos comestibles, así que nosotros pretendemos conocer desde la biología, ecología, el conocimiento que existe por parte de los pobladores. Identificamos también que ya se tiene un manejo tradicional.
Por ejemplo, la gente, al cultivar su milpa, corta todo, pero preserva las especies de árboles donde estos insectos habitan y, pese a ello, su consumo se está perdiendo. Se pierde la lengua, se pierde el conocimiento sobre cómo manejarlo, se pierde el insecto.
AIC: ¿Cuál fue el siguiente paso, la siguiente etapa a este trabajo de investigación básica?
HDJS: Han sido varias fases, la primera consistió en realizar el inventario de especies de popotocas. De hecho, la literatura local solo menciona una que se llama Phassus triangularis; sin embargo, al comenzar a recolectarlas identificamos seis especies diferentes.
A nivel mundial, la literatura reporta la existencia de 12 especies, lo cual significa que tan solo en la región de la Sierra tenemos la mitad de esa biodiversidad. Luego de ello, contactamos un grupo de especialistas de Estados Unidos para intercambiar información y ellos nos confirmaron que mínimo una de esas seis especies sería nueva para la ciencia; con ella, el siguiente paso sería describirla.
AIC: ¿El descubrimiento de esa nueva especie es el hallazgo más relevante de su investigación hasta el momento?
HDJS: Es muy relevante que haya una nueva especie y sobre todo que se esté manejando y que se esté consumiendo. Pero no es lo único relevante, de hecho el propio planteamiento del proyecto, es decir, producir árboles para obtener proteínas, ya es algo innovador que parte de la premisa de cuánta superficie de bosque o selva necesitamos desmontar para producir un kilo de carne y en contraste cuántos árboles necesitamos sembrar para producir un kilo de carne de insectos (popotocas).
En ello radica la verdadera relevancia del proyecto, ya que más allá de afectar el medio ambiente para producir carne, estaríamos beneficiándolo a través de la reforestación necesaria para producir la carne de insectos. En consecuencia, este proyecto más que impactar de manera negativa al ambiente, lo haría de manera positiva con los beneficios que trae una reforestación en sí.
AIC: ¿Por qué es importante preservar el consumo de popotocas en una región indígena como lo es Zongolica?
HDJS: Básicamente porque existen estudios que han demostrado que la proteína es mucho mayor y de mejor calidad que cualquier carne convencional (res, cerdo, pollo o huevo). Ello sin mencionar que para los habitantes de la región, obtener las popotocas no representa mayor costo que aprender a administrar el recurso.
AIC: ¿Qué otros avances ha arrojado la investigación realizada hasta el momento?
HDJS: Primero hay que explicar que en el proyecto participan estudiantes del ITSZ y que algunos de los hallazgos provienen de sus trabajos de titulación, de sus tesis de licenciatura. En ese sentido, un estudiante se tituló recientemente como ingeniero forestal con un estudio poblacional de las popotocas.
Con dicho trabajo pudimos estimar que por cada hectárea de terreno podemos obtener hasta 10 kilos de larvas, de manera natural. Con este conocimiento, pretendemos estudiar la forma de optimizar la producción e incrementar esos 10 kilos por hectárea.
La plantación experimental de popotocas del ITSZ
AIC: ¿Cómo estudiarán la producción de popotocas?
HDJS: Contamos con una plantación, la cual tiene aproximadamente dos años, y donde los árboles que la integran ya superan los cinco metros de altura. A los siete meses de haberla instalado, 40 por ciento ya estaba parasitado por las mariposas.
No obstante, tenemos que identificar, por ejemplo, las asociaciones entre las especies y los tipos de árboles, es decir, si hay preferencias de determinadas especies por ciertos tipos de árboles, lo cual definitivamente ayudaría a optimizar la producción de especies por hectárea.
En este caso, serán muy importantes los análisis moleculares para separar de mejor manera las especies, sobre todo a nivel larvario. En cuanto a la evaluación de la plantación silvoentomofágica, apenas estamos empezando, aún necesitamos que los árboles adquieran un mayor diámetro y ver si se les puede dar un manejo adicional, como inocular los huevos de las mariposas para aumentar el parasitismo, es decir, optimizar la producción.
Finalmente, quiero contar que otro objetivo es identificar si las especies de árboles que albergan popotocas pueden cumplir alguna otra función forestal, por ejemplo, sombra para los cafetales o cerco vivo en las plantaciones y, a la vez, convertirse en fuente de proteína albergando las popotocas.