Gabriel Acosta Benítez, director regional de Afore XXI Banorte, advirtió que la falta de ahorro hoy en día representa una amenaza a largo plazo para la vejez y las pensiones, durante el ciclo de conferencias “La educación financiera en la comunidad universitaria”, desarrollado en la Universidad Veracruzana.
Gabriel Acosta se refirió a la importancia del ahorro voluntario en las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) y exhortó a la población a considerar fundamental tener un ahorro voluntario para poder gozar de una pensión digna a futuro.
Apuntó que el antecedente de las Afores es la Ley del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), instaurada en 1973, donde se les solicitaba a los interesados en obtener una pensión, contar con 60 años de edad y 500 semanas de cotización ante este instituto.
Posteriormente, el 1 de julio de 1997, fecha en que inició la operación de las Afores, se aplicó la reforma de ley que estipula que todo trabajador que ingresa a laborar ya no tendrá derecho a ese sistema de reparto, en el que el IMSS era el responsable de pagar una pensión.
“A partir de ese periodo, todo trabajador mexicano que ingrese a laborar tendrá que tener su cuenta individual en una Afore y su pensión dependerá del dinero que tenga ahorrado.”
Acosta Benítez agregó que las generaciones jóvenes que ingresen a trabajar participarán en el sistema de capitalización individual, que consiste en ahorrar durante su vida laboral.
Ellos tendrán derecho a un sistema de renta vitalicia pero para aquellos que no reúnan un monto suficiente durante su vida laboral, el gobierno federal sólo se compromete a pagar una pensión equivalente a un salario mínimo vigente en el Distrito Federal. Esto quiere decir que se percibirá una cantidad de aproximadamente dos mil pesos, lo cual no alcanzará para cubrir los gastos necesarios durante la vejez.
Asimismo, a partir de la nueva ley, el IMSS solicita –para poder otorgar una pensión– al menos mil 250 semanas de cotización; es decir, 25 años, mientras que la anterior sólo pedía 10 años.
“La reforma de ley surge porque para el IMSS iba a ser inviable pagar pensiones a todas las generaciones que irán envejeciendo.”
Actualmente varía mucho el número de hijos que los matrimonios deciden tener. Antes, muchas parejas tenían hasta una docena de hijos, y hoy en día el número se ha reducido a tres o hay quienes deciden no concebirlos.
Por esta razón, tarde o temprano llegará el momento en que seremos una generación grande, pensionada y los aportantes al Seguro Social serán menos.
En este contexto, subrayó que las aportaciones voluntarias representan una responsabilidad y área de oportunidad, porque para los jóvenes –según actuarios estudiosos del tema– la tasa de reemplazo será máximo de un 40 por ciento del ingreso que tiene el trabajador activo, lo cual se refiere al porcentaje que una persona recibirá de pensión en su vejez, respecto al dinero que recibe estando activo.
“Si un trabajador gana alrededor de 10 mil pesos al mes, con la nueva ley aspirará a una pensión máxima de cuatro mil pesos mensuales, lo cual será un decremento en su nivel de vida.”
Gabriel Acosta explicó que un trabajador activo ahorra en su cuenta de Afore 6.5 por ciento de su ingreso real, es decir, la empresa aporta un dos por ciento para el rubro de retiro, y entre patrón, trabajador y el Estado otorgan un 4.5 por ciento por concepto de cesantía en edad avanzada y vejez.
La suma da un 6.5 por ciento que un trabajador ahorra de manera obligada. No obstante, por mucho que sea este ahorro, al llegar a los 60 años de edad, el monto de la Afore será insuficiente para cubrir las necesidades más elementales.
De ahí la importancia de contar con un ahorro, el cual debe estar incluido en los gastos fijos de cada mes.
Claudia Peralta Vázquez. Xalapa, Ver.