En 2008, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó la utilización del envasado neutro en los productos de tabaco como parte de una amplia estrategia de control del tabaquismo que incluía, entre otras, medidas de precios, campañas sanitarias y ayudas a los fumadores que quieran dejarlo –y en 2016 hizo pública dicha recomendación–.
Desde entonces, cada vez son más los países que implementan esta medida para reducir el atractivo de las cajetillas, incrementar la efectividad de las advertencias sanitarias y disminuir la información engañosa acerca de los efectos sobre la salud.
El envasado neutro busca desproveer a las cajetillas de los aspectos atractivos y promocionales
Ahora, un artículo que acaba de publicar la revista Gaceta Sanitaria en su avance on line revisa los potenciales efectos que produce el envase neutro sobre diversos aspectos relacionados con la conducta de fumar.
Tras la progresiva prohibición de la publicidad y patrocinio de los productos del tabaco, el envase se ha convertido en el centro de la estrategia de marketing de la industria tabaquera. El envasado neutro busca desproveer a las cajetillas de los aspectos atractivos y promocionales, conservando solo el nombre de la marca, que debe aparecer en una fuente, tamaño, color y localización estándar en el envase.
La base de color del envase, diferente al de las advertencias sanitarias, debe ser deslucida y sin atractivo, mientras que los tamaños, materiales, texturas y métodos de apertura de los paquetes deben estandarizarse para minimizar los esfuerzos de marketing por diferenciar los productos.
Los resultados de investigaciones como esta ya ponen de manifiesto que el envase neutro, entre otros efectos, dificulta la identificación del consumidor con la marca de tabaco, y transmite una imagen menos positiva de la misma, sobre todo en la población adolescente, aumentando de esta forma las percepciones negativas del consumo de este producto.
Estudio pionero en Australia
Australia fue el primer país que implementó el envase neutro en los productos de tabaco en 2012. Esto ha permitido a los investigadores de las universidades de Zaragoza, Granada y Cádiz valorar la efectividad de esta medida entre la población y en distintos grupos de fumadores.
El país oceánico incorporó el envase neutro junto con el incremento de las advertencias sanitarias, que pasaron de ocupar un 30% del espacio de las cajetillas al 75%.
“Los estudios en Australia parecen confirmar los hallazgos de estudios previos”, afirman los autores. “El nuevo envase neutro reduce el atractivo y produce una valoración más negativa de los cigarrillos”.
Estudios recientes han sugerido que el envase neutro constituiría una herramienta importante para disminuir el consumo entre adolescentes y mujeres, al ser poblaciones muy susceptibles a los mensajes elaborados por la industria tabaquera.
Por el contrario, en las personas fumadoras resultaría menos efectivo, debido a las propiedades adictivas de la nicotina y a otros factores relacionados con la conducta de fumar.
Referencia bibliográfica:
Juan Miguel Rey-Pino et al. El envase neutro de los productos de tabaco: una nueva estrategia para el control del tabaquismo. Gaceta Sanitaria 2017.