El 5 de diciembre de 2010 se detectó por primera vez una gigantesca tormenta en Saturno, cuyas agitadas nubes llegaron a cubrir el planeta, y que se detuvo por completo 267 días terrestres después, el 28 de agosto de 2011
Los remolinos de color de la imagen se deben a esa tormenta sin precedentes que se desató en el hemisferio norte de Saturno.
La escena está representada en falso color y se ha creado a partir de 84 imágenes en luz casi infrarroja capturadas por la nave internacional Cassini el día 26 de febrero de 2011.
La imagen está procesada de forma que los azules indican nubes altas y semitransparentes, mientras que los amarillos y blancos representan nubes relativamente gruesas, también a gran altitud. Los rojos y marrones muestran nubes a baja altitud, no tapadas por las nubes altas, y el azul oscuro indica una leve bruma sin nubes por debajo. El color verde representa las nubes intermedias.
Durante la tormenta, mientras la brillante ‘cabeza’ se desplazaba hacia la izquierda, llegó a registrarse una enorme actividad eléctrica. Sus agitadas nubes fueron extendiéndose por la atmósfera hacia el oeste y acabaron por envolver el planeta por completo.
En la cola (a la derecha) podemos ver la enorme espiral ovalada del vórtice, de unos 12.000 kilómetros de diámetro, comparable al de la Tierra.
Al cabo de varios meses, la cabeza llegó a la cola de la tormenta, por lo que esta empezó a amainar.
Las tormentas en el gigante gaseoso son muy distintas de las de la Tierra, donde el viento fuerte es bastante frecuente. Saturno, en cambio, presenta una atmósfera bastante tranquila durante unos 20-30 años hasta que, de repente, se produce algún fenómeno violento, como esta tormenta, que persiste durante meses. Dado que el planeta tarda unos 30 años en dar la vuelta al Sol, la naturaleza repetitiva de las tormentas gigantes podría tener que ver con cambios estacionales en su atmósfera.
Cassini-Huygens es una misión conjunta de la NASA, la ESA y la ASI, la agencia espacial italiana.