La «Marcha por la Ciencia» en México -que se realizó el sábado 22 de abril-, tuvo la característica de que en cada uno de los sitios en que se realizó se mantuvo el rechazo a los recortes presupuestales en el sector de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI).
En el mundo la movilización se dio en más de 600 cuidades, mientras que en México las movilizaciones se dieron en la Ciudad de México, en los estados de Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Veracruz y Yucatán.
En la Ciudad de México el contingente se calculó en alrededor de 3 mil 500 personas, según reportes oficiales, en el cual se mostraron pancartas con frases como: “No al recorte de ciencia y educación, “ciencia para el pueblo”, “sin ciencia no hay futuro”, “mujeres y ciencia”, “ciencia sí, oscurantismo no”, “sin ciencia el país se empobrece”, “no a las verdades alternativas”, al mismo tiempo que se escucharon consignas a lo largo del recorrido respecto al tema de las becas de posgrado.
Ahí investigadores y estudiantes de posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, la Universidad Autónoma Metropolitana y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, fueron algunas de las instituciones que expresaron su rechazo a la reducción del presupuesto en CTI, lo que impacta en los recursos para la investigación, realización de nuevos proyectos, crecimiento de infraestructura científica y becas de posgrados.
Al concluir el recorrido, en la plaza ubicada entre la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Gobierno de la Ciudad de México, intervinieron los organizadores de la marcha y el común denominador fue la no reducción del presupuesto en el sector de CTI.
“Queremos que la ciencia tenga suficiente dinero para desarrollarse y para que nos de beneficios como humanidad y como mexicanos. La ley nos dice que debemos tener el 1 por ciento del Producto Interno Bruto asignado para ciencia y tecnología, la Secretaría de Hacienda y la Cámara de Diputados y Senadores asignan solo el 0.55 por ciento, eso sin tomar en cuenta que existen recortes que son injustos para la ciencia”, señaló Camilo Alcántara, de la Universidad de Guanajuato.
Durante su intervención, Víctor Rafael Coria Jiménez, de la Asociación Mexicana de Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad, lamentó que nuestro país no tenga una cultura y tradición científica.
El profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Raúl Alva enfatizó que los recursos destinados a la ciencia no son un gasto sino una inversión y destacó la importancia de la apropiación social de la ciencia: “Una sociedad que pretenda sobrevivir hoy en día sin entender y usar la ciencia está condenada a la extinción”.
Otros participantes que tomaron el micrófono se refirieron a la falta de crecimiento en las becas de posgrado y sus montos y señalaron que sin investigadores con condiciones de vida digna, no se puede hacer ciencia y lo único que se obtiene es el reforzamiento de la dependencia económica del país con respecto a las economías altamente industrializadas.