Realizar ciencia de calidad conlleva a la innovación y esto a su vez al surgimiento de una nueva industria, sin embargo, no se trata de un proceso lineal, porque la ciencia por sí sola no genera soluciones y para lograr el objetivo se tiene que trabajar con la gente, explicó el doctor Johan Schot, fundador del “Consorcio en Política de Innovación Transformadora”, durante su participación en una mesa redonda que se llevó a cabo ayer en las instalaciones del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT).
Durante la sesión de preguntas y respuestas, Schot señaló que para generar una innovación transformadora se tiene que trabajar en varios niveles: con la gente interesada, en el diseño de nuevos experimentos y en crear nuevas normas y estándares, ya que muchos de los resultados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) no pueden ser aplicados en América Latina ya que se trata de contextos diferentes, explicó el director de la Unidad de Investigación de Políticas Científicas de la Universidad de Sussex, Inglaterra.
Por otra parte, el doctor Matías Ramírez, catedrático en Gestión de la Unidad de Investigación de Políticas Científicas de la universidad inglesa citada, mencionó que el propósito de crear una agenda transformadora para el desarrollo social -que ya se está estructurando y tiene como objetivos alcanzar el bienestar económico y mejorar la vida de las personas- no pudo darse sin dos fenómenos claves: la crisis económica de 2008 y del fenómeno del cambio climático.
“Con estos dos elementos, los países voltearon a buscar otras alternativas en otros sectores, en donde la ciencia y la tecnología juegan un papel fundamental”, señaló Ramírez.
“El tema de innovación social es un buen punto de partida, pero este proyecto es más grande, nosotros lo llamamos de ‘cambios transformativos’ y significa apoyar a nichos para provocar un cambio. Entonces, debemos ver qué elementos políticos tiene México con potencial transformativo en áreas como la salud o la agronomía, entre otros, porque normalmente, las políticas públicas en materia de innovación se han convertido en algo estadístico, ya sea para medir el nivel de innovación o como un elemento de control”, dijo el experto en economía y gestión.
Otros de los grandes obstáculos que enfrentan el desarrollo sustentable, es la falta de participación de la gente para la solución de los problemas. Generalmente, en México la costumbre es esperar a que la solución venga de otro lado y eso no puede seguir pasando si se quiere hacer innovación transformadora, comentó el doctor Antonio del Río, director del Instituto de Energías Renovables de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Lo que tiene que aprender el sector científico y en general, la mayoría de los sectores, es que deben ser parte de la solución para que la ciencia produzca bienestar en nuestra sociedad, no es al revés, no se puede esperar a que lleguen las políticas públicas para que se genere ese bienestar, el paso se tiene que dar desde antes para que haya soluciones transformadoras”.
Además de la necesidad de cambiar el paradigma en el que la sociedad se involucra para encontrar soluciones de la comunidad, también es necesario repensar los instrumentos para medir el rumbo que toma la innovación en la actualidad, dijo el doctor Federico Stezano, investigador del Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales de Instituto Politécnico Nacional.
Finalmente, el doctor José Franco, coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico y moderador de la mesa, explicó que “las ciencias básicas, como la astrofísica, tienen un gran impacto en la economía y el desarrollo social. La astrofísica ha sido estratégica porque ha aportado muchos desarrollos a lo largo de la historia y en particular en los últimos 50 años”.