La complejidad en el tratamiento de la lengua de señas ha impedido a la tecnología alcanzar el grado de sofisticación en su traducción automática, explicó Arturo Tlacaelel Curiel Díaz, académico del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante una conferencia impartida a estudiantes y académicos de la Facultad de Estadística e Informática (FEI) de la Universidad Veracruzana (UV),
En el marco de la ponencia “Tratamiento automático de Corpus de Lengua de Señas”, destacó que otra dificultad de esta lengua es su característica multimodal, toda vez que no se emplea un solo canal como la voz, sino que intervienen otros factores como las manos, el rostro y el cuerpo.
Para una computadora esto requiere mucho poder de cálculo, dijo el especialista en sistemas computacionales, quien es egresado del Instituto Politécnico Nacional y ha participado en la elaboración de proyectos que van desde el reconocimiento de imágenes hasta el tratamiento de lenguaje natural.
“Es mucho más difícil tratar la lengua de señas con los mismos métodos empleados en la voz; reconocer automóviles en la calle con una computadora es mucho más sencillo que con la lengua de señas.”
En su exposición, efectuada como parte de un encuentro entre la UV y la UNAM, derivado del proyecto vigente “Tecnología social para la discapacidad auditiva”, a través del cual ambas instituciones buscan emprender una colaboración formal, explicó cómo desde la computación se puede tratar la mayoría de los datos obtenidos sobre la Lengua de Señas Mexicana (LSM).
En la sala audiovisual de la FEI, dijo que actualmente en la UNAM se trabaja en el conocimiento de las características lingüísticas de la LSM, y así en un futuro puedan desarrollarse tecnologías más aplicadas que contribuyan a la enseñanza y aprendizaje de este sector de la población.
La investigación que se realiza, dijo, también está orientada a mejorar el modelo educativo vigente y generar herramientas automáticas para evaluar cómo se educa a las personas sordas.
Explicó que la labor consiste en realizarles entrevistas que se registran en video; a su vez, la imagen es analizada por expertos en lingüística con el fin de detectar pistas de investigación, incluso características que antes no se sabía que tuviera la LSM.
“Lo que queremos averiguar con esos videos, es qué tipo de señas utilizan las personas sordas, cómo ha evolucionado este sistema y qué tipo de estructuras sintácticas gramaticales utilizan en su cotidianidad.”
Con ello buscan además desarrollar herramientas propias, pues la mayoría de las que existen son limitadas y costosas. “La idea que tenemos es auxiliar a los lingüistas para que no paguen ese dinero adicional a universidades o empresas extranjeras”, agregó.
Curiel Díaz puntualizó que aún falta concretar muchos logros en materia de traducción automática, ya que no es una tarea sencilla. “Se nota cuando uno intenta traducir del idioma inglés al español desde Google, pues aparecen resultados que no tienen sentido”.
Subrayó que la traducción es una labor difícil que requiere mucha información respecto a lugar, contexto, semántica, fonética, entre otros aspectos.
Y enfatizó: “Si para las lenguas de altos recursos como el inglés o español no se ha logrado una herramienta automática, para lengua de señas aún estamos muy lejos”.
Asimismo, dio a conocer que hoy en día cinco universidades del país, entre ellas la Veracruzana, la UNAM y Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), están interesadas en obtener tecnología que permita estudiar mejor la variante de la lengua y cómo tener herramientas para ayudar al aprendizaje de la comunidad sorda.
Por su parte, José Rafael Rojano Cáceres, docente de la FEI, destacó el trabajo que la UV realiza en el tratamiento de la discapacidad auditiva y celebró la colaboración actual con la UNAM, toda vez que esta institución posee una relevante trayectoria en la lengua de señas.
En el ámbito educativo, mencionó que la Universidad Veracruzana desarrolla estrategias o aplicaciones que facilitarán a las personas sordas reforzar o adquirir la lengua de señas, así como algunas soluciones computacionales para el tratamiento automático de la LSM.
En este contexto, se trabaja con alumnos de nivel de licenciatura y otros que se han vinculado con asociaciones de sordos, con el fin de aprender la lengua de señas y crear aplicaciones.
En tanto, los de posgrado se han enfocado en la detección de la interpretación de la LSM de forma automática, a través de sensores de profundidad y aplicación de técnicas computacionales para aprender las señas.
“Sólo es un proceso parcial porque la lengua de señas es compleja, pues involucra el cuerpo, gestos y movimientos corporales”, refirió.
En el rubro social, informó sobre la impartición de cursos para la enseñanza de la lengua de señas, en coordinación con la Asociación Civil DIES (Difusión, Inclusión y Educación del Sordo), abiertos para el público en general y la comunidad universitaria.
Desde el punto de vista computacional, también se busca estudiar la LSM, en el sentido de que la máquina lo entienda.
Subrayó que la UV es pionera en dar este tipo de pasos, aunque falta concienciar a los maestros en adquirir una segunda lengua y así brindarles educación a este sector, o bien contar con intérpretes que auxilien su desarrollo.