Con el propósito de fomentar la colaboración interinstitucional en torno a la investigación del rorcual común o ballena de aleta (Balaenoptera physalus), un grupo de universidades conformaron un catálogo de fotografías de la especie que ponen a disposición de los interesados, para uso en investigación y sin fines de lucro.
Este grupo se integra con la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas del Instituto Politécnico Nacional (Cicimar IPN), el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, unidad La Paz (CICESE ULP), el Centro de Estudios Culturales y Ecológicos Prescott College, A.C. y el Programa de Observación de Cetáceos (Procetus)
El doctor Alejandro Gómez Gallardo Unzueta, profesor e investigador de la UABCS, jefe del Departamento de Ciencias Marinas y Costeras de la institución, mencionó que una de las finalidades de este proyecto es unir esfuerzos para impulsar el desarrollo de investigaciones oportunas sobre el rorcual común.
“Un aspecto importante era conjuntar la información que había generado cada institución, con la finalidad de conformar un catálogo único, que pudiera ayudarnos a determinar el tamaño poblacional, la identidad de los individuos, su periodo de reproducción y algunos otros parámetros que pueden obtenerse a partir de las imágenes. En ese sentido, era muy importante que solo hubiera un catálogo compartido entre las instituciones implicadas para no estar generando esfuerzos aislados y aprovechar el uso de los recursos financieros”, señaló Gómez Gallardo Unzueta.
El doctor Mario Pardo, investigador del CICESE ULP, adscrito al Programa de Cátedras Conacyt para Jóvenes Investigadores y miembro del SNI del Conacyt, destacó que el catálogo ha permitido hacer estimaciones de abundancia del rorcual común, por medio de técnicas de marca y recaptura por fotoidentificación.
Las marcas permiten conocer las detecciones de un individuo en un tiempo determinado, así como el registro de lugares y fechas de desplazamiento del animal, entre otros datos.
“Lo que hicimos fue unir todo el material fotográfico con el que contábamos del rorcual común; básicamente las aletas dorsales de cada uno de los animales fotografiados desde 1981 en el golfo de California. Es un trabajo arduo que dio como resultado un catálogo único de más de setecientos animales identificados”, mencionó Mario Pardo.
“Saber cuáles son las recapturas de un mismo individuo a través del tiempo ayuda a nutrir modelos matemáticos para estimar la abundancia de la especie. Asimismo, fundamentalmente es como un álbum de la especie en el golfo de California”, continuó.
Las fotografías son parte de investigaciones del rorcual común realizadas previamente por las instituciones partícipes en la conformación del catálogo.
“Al tener una serie de individuos, nosotros podemos tener estimaciones de población, así como parámetros biológicos de la especie, como el periodo de reproducción. Otra cosa muy importante es ver en qué zonas del golfo de California se avistaron y determinar el ámbito de distribución de la especie, su forma de utilizar ciertas regiones del golfo con relación a las condiciones oceanográficas y poder hacer planes de manejo”, agregó Gómez Gallardo Unzueta.
Residente del golfo de California
La ballena de aleta del golfo de California, protegida por la NOM-059-ECOL-2001 bajo la categoría de riesgo de extinción, es una especie genéticamente aislada de otras poblaciones del Océano Pacífico, es decir, no se cuenta con evidencia de que se reproduzca con ejemplares ajenos a la región.
El Catálogo único de rorcual común (Balaenoptera physalus) del golfo de California, 1981-2015 está compuesto por imágenes de alrededor de setecientos ejemplares identificados en treinta y cuatro años de investigación. |
“La población del golfo de California es única porque no parece que haya un flujo genético entre otras poblaciones del mundo. La especie está distribuida por todo el mundo, con poblaciones abundantes frente a las costas de Oregón y California, en Estados Unidos, así como en el Mediterráneo. No tenemos conocimiento de cuándo y dónde se reproduce, tenemos muy pocos avistamientos con crías”, mencionó Mario Pardo.
Es el segundo animal más grande del mundo, tan solo después de la ballena azul. Llega a medir alrededor de veinticuatro metros y pesar hasta sesenta toneladas. Se alimenta de kril y pequeños peces como sardinas y anchovetas.
El alto requerimiento de alimento y condiciones ecológicas estables indican parámetros sobre la salud de los mares en donde habita el animal.
“Son centinelas de los ecosistemas marinos, porque es tanta su demanda de alimento, que cuando hay una baja de productividad, las poblaciones se empiezan a ver afectadas y son cambios que nosotros podemos detectar”, finalizó Gómez Gallardo Unzueta.
Joel Cosío
La Paz, Baja California Sur (Agencia Informativa Conacyt)