Esta semana dará comienzo el segundo estudio de reposo en cama de la ESA, en el que se investigarán una serie de antioxidantes y vitaminas que podrían ayudar a los astronautas a combatir los efectos secundarios de vivir en el espacio.
Diez voluntarios permanecerán 60 días en cama, con la cabeza inclinada seis grados hacia abajo y manteniendo al menos un hombro en contacto con la cama en todo momento. Este tipo de reposo en cama intensivo no es nada fácil: se pierde masa muscular y ósea, y la inclinación de las camas hace que la sangre y otros fluidos se vayan a la cabeza: cambios similares a los que los astronautas experimentan en el espacio.
Como todos los animales de la Tierra, los humanos hemos evolucionado para vivir en gravedad; por eso, encontrar formas de mantener la salud en condiciones de ingravidez es importante para poder continuar explorando el Sistema Solar. Para probar nuevos regímenes de ejercicios y dietas, así como para comprender lo que les sucede a los astronautas, la ESA lleva a cabo regularmente estudios de reposo en cama, en los que se simulan los efectos de la gravedad cero en el cuerpo humano.
En este estudio, realizado por la clínica espacial MEDES de Toulouse (Francia), los voluntarios van a probar un cóctel de vitaminas y antioxidantes propuesto durante una convocatoria de ideas celebrada en 2011. Entre enero y abril tuvo lugar otra sesión de 60 días con otros diez voluntarios. Se llevan a cabo quince experimentos simultáneamente, en los que la mitad de los sujetos actúan como grupo de control, es decir, no toman el cóctel.
La responsable de investigación humana para vuelos tripulados de la ESA, Jennifer Ngo-Anh, lo explica así: “Los estudios de reposo en cama son intensos para todos los implicados y precisan de mucha preparación, pero son una buena forma de comprobar la validez de las nuevas ideas antes de su aplicación a los astronautas en el espacio”.
Pasar 60 días en cama puede parecer fácil, pero encontrar sujetos no lo es en absoluto. No solo deben ausentarse de sus compromisos diarios normales durante 60 días; además, carecen de privacidad y se someten a muestreos y pruebas estrictas, como biopsias musculares.
Al final de su aventura, vuelven a la vida ‘en pie’ debilitados y en baja forma.
Para ayudarles a recuperar el buen estado físico, los expertos del centro de astronautas de la ESA en Colonia (Alemania) guiarán a los participantes siguiendo el mismo protocolo de rehabilitación al que se someten los astronautas de la ESA tras regresar de la Estación Espacial Internacional.