Aunque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump tiene un buen equipo de asesores, su capacidad de escucha será la que determine si la relación tensa de su país con Corea del Norte deriva en una guerra nuclear, consideró Carlos Uscanga Prieto, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Corea del Norte ha lanzado diversas bombas de prueba para mostrar su capacidad nuclear, entre ellas la detonada el 3 de septiembre de éste año, la cual liberó una energía 17 veces mayor a la bomba lanzada sobre Hiroshima, lo que ha derivado en amenazas de Trump con mayores sanciones a esa nación y un posible conflicto bélico.
Durante la conferencia de prensa “¿El mundo se encuentra cerca de una guerra nuclear?”, realizada en el edificio Mario Molina de la Facultad de Química de la UNAM, el profesor del Centro de Relaciones Internacionales explicó que en el pasado, el líder coreano ha mostrado sus habilidades de negociación, lo contrario hasta ahora por Donald Trump.
“La historia nos ha mostrado cómo pese a las fricciones con Corea del Norte, Estados Unidos tenía siempre la oportunidad del diálogo, esto se vio con (William) Clinton y (George) Bush. Con éste último se logra una negociación donde se retira a Corea del Norte del llamado “Eje del mal”.
“En esta ocasión (con Trump), una negociación no embona en su discurso de confrontación. Ahí su staff y consejeros tienen un efecto sumamente importante”, enfatizó el profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, institución que forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
El mundo en riesgo
Lamentablemente, añadió Benjamín Ruiz Loyola, profesor de la Facultad de Química, pensar que un conflicto bélico entre ambas naciones las afectará solo a ellas es demasiado optimista, pues la historia ha mostrado que esto no es así.
El químico ejemplificó que en el accidente de Chernóbil, en 1986, el efecto fue un aumento en la temperatura y la generación de una nube que llegó a Irlanda. Además, se debe recordar que productos contaminados con radiación llegaron a México.
Ruiz Loyola recordó que las bombas que destruyeron las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, en Japón, liberaron 12 y 20 kilotones de energía, respectivamente, pero con pequeñas modificaciones, las armas nucleares han sido “mejoradas” en cuanto a su eficiencia para alcanzar hasta 500 kilotones de energía.
La bomba nuclear más potente en la actualidad es la bomba termonuclear, con una capacidad máxima de 60 metagones que podrían afectar todo en un radio de 64.2 km.
Este tipo de bombas son las que poseen actualmente naciones como Estados Unidos, Rusia, Francia e Inglaterra y que tienen un poder destructivo 120 veces superior a la que dio fin a la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
“Una explosión de este tipo puede fundir material y con la explosión el material hecho polvo se emite a la atmósfera, convirtiéndose en una nube que puede o no irse moviendo más lento, que tapa la luz del Sol en lo que se conoce como el invierno nuclear”, detalló el químico especializado en armas de destrucción masiva.
A esto se debe sumar que una vez que caen estos depósitos, que emiten una gran cantidad de radiación, se depositan en la tierra y el agua, se mueven a través de las corrientes dispersándose a todos lados.