Para fortalecer el compromiso por impulsar la ciencia y la investigación, así como contribuir al bienestar integral de la población, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en conjunto con la Industria Mexicana de Coca-Cola, realizó la tercera entrega del Premio de Investigación en Biomedicina “Dr. Rubén Lisker”, en esta ocasión al doctor Edgar Morales Ríos por su proyecto titulado Diseño de fármacos antivirales de nueva generación, inhibición del transporte viral mediado por la dineína.
Edgar Morales es investigador del Departamento de Bioquímica del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y actualmente se encuentra trabajando con su equipo con el virus del herpes y el adenovirus.
“Mi proyecto es de ciencia básica que después será aplicada. Consiste en buscar fármacos para inhibir la interacción entre una proteína humana y los virus. Es decir, se va a inhibir la infección viral del herpes y el adenovirus”, explicó el ganador en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.
Con su investigación busca encontrar un compuesto con el cual se evite la transportación molecular de los virus, a través de la dineína (una de las principales proteínas motoras del cuerpo) y no afecte más células.
“La dineína es una proteína motora que funciona como transporte intracelular, permite que las células se desplacen y se dividan. Los virus secuestran la maquinaria de la dineína para transportarse hacia el nuevo núcleo y así multiplicarse e infectar más células”, describió.
El objetivo de su investigación es entender cómo es que los virus interactúan con la dineína para así poder evitar lleguen al núcleo; al impedir dicha interacción, será imposible que los virus afecten la célula.
“Nuestra idea es abatir por completo el virus del herpes, aunque ahorita hay un medicamento que es el aciclovir, el cual inhibe una proteína muy específica de los virus y hasta el momento no hay un cepa resistente, pero en algún momento lo será, porque los virus mutan muy rápido y este quedará obsoleto. Lo que nosotros estamos diseñando son medicamentos de nueva generación, basados en las estructuras de las proteínas”, señaló.
Resaltó que la investigación se encuentra a la mitad y espera que de tres a cinco años ya pueda dar una propuesta de un fármaco para comenzar con el registro de patentes.
En esta tercera edición se recibieron 69 proyectos inéditos de investigadores especialistas en medicina, fisiología, biomedicina y bioquímica de diversas instituciones mexicanas, de los cuales seleccionaron nueve investigaciones de gran calidad en biomedicina y definieron al ganador.
Conacyt apoya el reconocimiento
Durante la entrega del premio, Enrique Cabrero Mendoza, director general de Conacyt, dijo que estas iniciativas, como el Premio de Investigación en Biomedicina “Dr. Rubén Lisker”, contribuyen a que México transite hacia la consolidación de una sociedad del conocimiento, mediante un desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación. “Nuestro país requiere de las alianzas público-privadas para seguir creciendo y potenciando los adelantos científicos que incrementarán la calidad de vida de la población en general”.
Destacó que para Conacyt es importante la asociación de las empresas del sector privado con este tipo de esfuerzos. “Ya tenemos varias décadas de colaborar con Coca-Cola en el Premio Nacional de Tecnologías de Alimentos, tres años con el Premio Lisker, que son esfuerzos para conjuntarlos con las empresas”.
Resaltó que toda nación debe ser capaz de generar investigación en torno a los problemas de salud y, a su vez, aportar globalmente la generación de conocimiento útil para buscar la cura o mejores métodos de tratamiento de diversos padecimientos.
“Como lo dice un reporte reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las investigaciones no son un lujo, son fundamentales para el descubrimiento, desarrollo y la realización de las intervenciones que se necesitan para mantener la buena salud de la sociedad”.
Afirmó que el reconocimiento Lisker es una tradición que se ha desarrollado al seguir la trayectoria del doctor Rubén Lisker que trabajó y tiene muchas publicaciones, además de ser una referencia mundial. “Este tipo de certámenes manda un mensaje a la comunidad científica, a la sociedad, de que es un orgullo para las comunidades, las empresas, para las instituciones como el Conacyt. La investigación y los planteamientos robustos tienen que ser reconocidos y apoyados”.