Peces que ponen trampas para atrapar crustáceo- Hirokazu Tanaka

Peces que ponen trampas para atrapar crustáceo- Hirokazu Tanaka


El lago Tanganica, el segundo más grande del mundo en volumen y el segundo más profundo, linda con cuatro países, pero es en su extremo sur, en Zambia, donde vive la especie Neolamprologus obscurus, unos pequeños peces de agua dulce con rayas que se alimentan sobre todo de camárones y otros invertebrados que encuentran en las profundidades.

Por la noche, los crustáceos se mueven hacia la columna de agua, pero vuelven a hundirse en el fondo del lago al amanecer para esconderse en pozos y hoyos, incluidos los refugios que los peces han excavado debajo de las piedras. En estas oquedades las gambas quedan atrapadas y se convierten en las presas de N. obscurus.

“La función de estas oquedades excavadas se parece mucho a la de las telas de arañas sociales, que viven en grupo y comparten la presa atrapada entre los diferentes miembros del grupo”, recalca Hirokazu Tanaka, autor principal del estudio que se publica en Behavioral Ecology and Sociobiology e investigador en la Universidad de Berna en Suiza y en la Universidad de Osaka City en Japón.

Las hembras reproductoras no abandonan el refugio y cuentan con el apoyo familiar para proteger a las crías y extraer la arena que se introduce en los hoyos

El trabajo ha permitido determinar cómo se realiza la excavación de estos agujeros que sirven de cepo para capturar a las gambas. Según los científicos, la excavación se realiza siempre en grupo, así como su mantenimiento posterior. Las hembras reproductoras no abandonan el refugio seguro y cuentan con el apoyo familiar o ayudantes para proteger a las crías y extraer la arena que se introduce en los hoyos.

Sin ayudantes hay menos comida

Para confirmar esta conducta, el equipo de Tanaka comprobó si el tamaño de las cavidades en el fondo del lago estaba relacionado con la abundancia de alimento disponible en el área, y si la presencia de los ayudantes influía en el tamaño. Tras pasar varias horas buceando, los científicos crearon cavidades artificiales y analizaron el contenido estomacal de los peces.

En otro experimento, los biólogos retiraron a los ayudantes que estaban asistiendo a las hembras. Después de una semana, había entrado tanta arena en las cavidades que su tamaño se había reducido, sobre todo en el caso de los agujeros con ayudantes más grandes.

Los resultados confirmaron que el tamaño del refugio de los peces en las rocas influye en la cantidad de gambas que se esconden y quedan atrapadas en él. Con un número mayor de ayudantes, el espacio que se puede crear es más grande y por tanto se pueden capturar más crustáceos.

“Los ayudantes agrandan y mantienen las cavidades excavadas, y al hacerlo, contribuyen a un aumento en la abundancia de alimentos dentro del territorio de las hembras reproductoras”, indica Tanaka, para quien la vida en grupo de esta especie aumenta el número de presas, así como las condiciones corporales y el éxito reproductivo de todos los individuos.

Referencia bibliográfica:

Tanaka, H. et al (2018). “Helpers increase food abundance in the territory of a cooperatively breeding fish” Behavioral Ecology and Sociobiology DOI: 10.1007/s00265-018-2450-5.

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