Hace cuatro años el científico ruso Yuri Oganessian del Joint Institute for Nuclear Research de Dubna, en su país, junto a colaboradores del Oak Ridge National Laboratory de EE UU, descubrieron el elemento 117 de la tabla periódica.
Lo crearon al hacer colisionar isótopos de calcio-48 (tiene 20 protones y 28 neutrones) contra otros de berkelio-249 (con 97 protones y 152 neutrones). De esta forma se generó el nuevo elemento con 117 protones, lo que marca su posición en la tabla y su nombre provisional: ununseptio.
Sin embargo, según las normas de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) el reconocimiento oficial requiere que al menos otro laboratorio independiente pueda repetir el experimento, algo extremadamente difícil cuando se trabaja con elementos tan inestables y pesados como este, un 40 % más que el plomo.
Pero un equipo internacional lo ha conseguido lanzando un haz de núcleos de calcio-48 por el acelerador lineal del centro GSI, en Alemania, contra un objetivo de berkelio-249 radiactivo suministrado también por el Oak Ridge National Laboratory. El resultado han sido varios átomos de ununseptio, según publican en la revista Physics Review Letters.
Durante el complicado proceso se ha generado, además, un nuevo isótopo, el laurencio-266 (266Lr), descubierto a partir de una forma desconocida hasta ahora de desintegración o decaimiento alfa (donde un núcleo atómico pierde partículas alfa) del isótopo dubnio-270.
Según los científicos, el experimento en su conjunto ha supuesto toda una proeza en la investigación de elementos superpesados, ya que ha requerido generar una minuciosa cadena de decaimiento alfa en siete pasos –con tiempos de desintegración muy cortos y diferentes–, seguidos por la fisión espontánea del recién descubierto 266Lr.
El ununseptio es el segundo elemento más pesado de los sintetizados hasta ahora en el laboratorio, tras el ununoctio (con 118 protones y situado en esa posición de la tabla periódica). Todos los elementos con número atómico superior a 82 (plomo) son inestables. La vida media de los más superpesados dura escasos milisegundos, pero aun así, los científicos piensan que ‘sobreviven’ unos instantes gracias a ‘islas de estabilidad’ temporales entre los protones y neutrones.
Referencia bibliográfica:
J. Khuyagbaatar et al. “Ca48+Bk249 Fusion Reaction Leading to Element Z=117: Long-Lived α-Decaying Db270 and Discovery of Lr266”. Phys. Rev. Lett. 112: 172501, 1 de mayo de 2014.