La niña del napalm- Nick ut

La niña del napalm- Nick ut


El 8 de junio de 1972 un avión del Ejército survietnamita bombardeó el pequeño pueblo de Trang Bang, cerca de Ho Chi Minh (entonces Saigón), en un ataque coordinado con el mando estadounidense que trataba de controlar el abastecimiento por carretera entre Camboya y Vietnam, en la cruenta guerra de Vietnam.

Los informes de EEUU indicaban que no había civiles en la localidad, según dijeron después a modo de justificación los militares al frente de la operación, quienes dieron luz verde al lanzamiento de misiles cargados de napalm, un combustible capaz de calcinar cualquier forma de vida, que convirtió el lugar en un infierno en llamas.

Entre los habitantes de la aldea estaba la niña Phan Thi Kim Phuc. ‘»Hasta entonces yo era una niña feliz'», aseguró Phuc quien atemorizada se había refugiado con su familia en el templo de Cao Dai.

El fuego de esas bombas, que alcanza 1,200 grados, carbonizó sus ropas y le causó quemaduras en el 65 por ciento de su cuerpo, especialmente en su espalda y brazo izquierdo, cuya piel se derretía del calor.

Phuc salió corriendo por la carretera desnuda, presa del dolor -‘»¡muy caliente, muy caliente!'», gritaba-, con el rostro en llanto, a su lado corrían otros de sus parientes, también huyendo del calor intensísimo.

El fotógrafo vietnamita Nick Ut quien cubría la Guerra de Vietnam para la agencia estadounidense Associated Press tomó la imagen que le valió el premio Pulitzer y después cogió a la niña y la llevó al hospital, donde permaneció 14 meses, tiempo en el que fue sometida a 17 operaciones de injertos de pieal.

Esa instantánea tomada el 8 de junio de 1972 dio la vuelta al mundo y mostró los horrores del conflicto a la sociedad internacional hasta el punto de que fue decisiva para acelerar el final de los enfrentamientos.

‘»La Guerra de Vietnam terminó gracias a esa fotografía'», aseguró a la agencia Efe el fotógrafo, cuando se cumplieron 40 años de que fue impresa.

De hecho en la conmemoración de los hechos y de la fotografía, se reencontraron Phuc y Nick Ut, en una conferencia organizada por la iglesia baptista Liberty de Newport Beach, en el sur de California.

Aquella imagen fue una de las muchas que tomó Ut en aquel conflicto, aunque ésa marcó su carrera y.

Nick Ut recordó ahí que después de tomar la foto
'»fui a ayudarla al instante (a Phuc) porque su piel se le estaba desprendiendo del brazo y la espalda. No quería que muriera. Dejé mi cámara y empecé a echarle agua encima, luego la metí en mi coche y nos fuimos al hospital, sabía que podría morir en cualquier momento'».

Kim Phuc llegó en estado crítico al centro médico y el personal, escaso de recursos, la envió directamente al tanatorio, donde pasó tres días.
'»Pero no me moría'», contó Phuc, quien gracias a un amigo de su padre terminó por ser realojada en unas instalaciones para quemados donde estuvo bajo tratamiento durante 14 meses.

Las secuelas psicológicas, apuntó Phuc, duraron mucho más. En su caso, encontró la paz que estaba buscando en 1982 a través de la fe cristiana que ahora predica con una sonrisa, según declaró.
'»Estoy muy contenta. Pienso que la fotografía es un regalo muy poderoso para mí y creo que el mundo es mejor gracias a ella, porque ha hecho que la gente sea más consciente cuando piensa en guerras'», manifestó en el acto conmemorativo por el 40 aniversario.

Al salir del hospital Phuc esperaba ser “una niña normal”, pero el gobierno vietnamita la no dejo regresar a la escuela y la utilizó para cuestiones de propaganda, por considerarla “un símbolo nacional de guerra”.

En 1986 logró que el gobierno de Vietnam le permitiese ir a estudiar a Cuba, donde aprendió un poco de español y conoció a su esposo Bui Huy Toan, también vietnamita.

En 1992, cuando volvía de su viaje de novios de Moscú a La Habana aprovechó una escala de su avión en Canadá para pedir asilo político. Ahí, durante mucho tiempo evitó hablar públicamente del incidente.

Convertida por si misma al cristianismo, en 1996 fue invitada a participar en una ceremonia del Día de los Veteranos en Estados Unidos, y ella asistió expresando su perdón a los soldados que habían participado en la guerra. Entonces tuvo un encuentro con uno de los implicados, a quien abiertamente perdonó y junto con quien lloró.

En 1997, Phuc creó la Fundación Kim Phuc, que tiene como misión ayudar a los niños víctimas de la guerra; y ese mismo año fue nombradase volvió embajadora de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

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